Presión
La creación de Alestis ha servido para mostrar la verdadera voluntad del PP para arrimar el hombro y salir de la crisis, tal y como demanda la sociedad civil. La complejidad de esta actuación se acrecentó casi desde el principio ante las dificultades surgidas con el principal socio escogido para liderar la iniciativa, la empresa catalana Ficosa. El declive del sector de componentes automovilísticos, al que pertenece dicha firma, hizo que pronto se evidenciara que hacía falta algo más que la incorporación de esta compañía, así como la vasca Alcor, para crear una estructura lo suficientemente fuerte con el fin de convertirse en un proveedor de primer nivel para Airbus. Descartada inicialmente la participación del empresariado andaluz, medida sujeta ahora a revisión si es que queda algún valiente por ahí, ha tenido que ser el impulso del propio Manuel Chaves el que diera el golpe definitivo para que el proyecto se hiciera realidad en tiempo y forma con la decisiva implicación pública a través de la Agencia Idea, las cajas y el banco andaluz BEF.
Los sindicatos han sido los primeros en mostrar su satisfacción. Son conscientes del peligro al que nos enfrentábamos. Sin embargo, el PP prefirió torpedear la operación. Dio consignas a los suyos en las cajas para que no apoyaran con su voto la iniciativa, lo que da una idea, por cierto, del respeto que tienen hacia la autonomía de estas entidades. No conformes con ello, se dedican a denunciar, como lo harán de nuevo esta semana, que la Junta ha presionado a las cajas, sin entrar a considerar el beneficio que reportará para la industria andaluza el paso dado. Tal vez todo obedezca a que la derecha andaluza continúa anclada en aquello de "cuanto peor para Andalucía, mejor para nosotros". Así les va.
