El nivel de tensión entre Génova, sede del PP, y la Puerta del Sol, sede del Gobierno de Madrid, crece cada día. El escándalo del espionaje ha profundizado la enorme división que dejó el congreso del partido el pasado junio entre estos dos sectores, marianistas y aguirristas.
El pesimismo por la crisis económica "impregna a todos los españoles", pero no es el Gobierno quien más acusa el descontento ciudadano, sino la oposición: el PP está peor valorado que hace seis meses; el Ejecutivo del PSOE, mejor (aunque suspenden ambos). Y la intención de voto directa deja a los populares casi ocho puntos por detrás de los socialistas (en las elecciones generales la diferencia en voto sobre censo no llegó a tres puntos).
El PP aparcó ayer los restos del pacto de la Justicia y se subió al caballo de la protesta de los jueces. Considera que no tienen derecho a la huelga, pero ayer fue el único grupo que en la Diputación Permanente del Congreso justificó las movilizaciones de los jueves contra el Gobierno, al asumir sus reivindicaciones.
Ariel Sharon, el entonces primer ministro israelí, calificó la operación de "rotundo éxito". El Ejército de ese país, en su política de asesinatos selectivos, acabó con la vida de Salah Shehadeh, supuesto responsable del aparato militar de Hamás y uno de sus líderes más activos del movimiento la noche del 22 de julio de 2002.
Los seguidores del PNV sufrieron un nuevo puñetazo en el estómago al difundirse una declaración del presidente de su partido, Iñigo Urkullu, grabada en el verano de 2008 y no publicada hasta ayer. "Mi relación con Ibarretxe la vivo con muchas dificultades", confiesa Urkullu en la entrevista conocida ahora.
El Ministerio de Medio Ambiente tiene previsto relevar hoy a Adrián Baltanás, presidente de la sociedad estatal Acuamed, la encargada de construir las desaladoras para sustituir el trasvase del Ebro. Según fuentes próximas a la empresa, el Consejo de Administración nombrará al ingeniero Carlos Massa.