Fama y dinero contra la ampliación de Heathrow
Un puñado de actores, científicos, políticos y ecologistas británicos han comprado una parcela de cerca de media hectárea en la zona donde debería construirse la tercera pista del aeropuerto de Heathrow. Su objetivo es revender ese terreno a miles de personas que se oponen a la ampliación del principal aeropuerto de Londres para intentar así retrasar las obras. Entre los compradores está la actriz Emma Thomson.
La ampliación aún no está aprobada. El Gobierno se había comprometido a tomar una decisión en otoño pero la retrasó hasta este mes. Las disensiones en el seno del Gabinete hacen pensar que el anuncio se producirá a finales. Algunos ministros quieren tener la absoluta seguridad de que la operación estará sometida a los más estrictos condicionantes medioambientales.
El futuro de Heathrow se ha convertido en un tema político de primera fila. Sobre todo desde que el Partido Conservador retirara su inicial apoyo a la construcción de una tercera pista y abogara por unir el aeropuerto con una tupida red de trenes de alta velocidad para suprimir vuelos de corta distancia.
Pero los defensores de la ampliación sostienen que esa reducción de vuelos no es suficiente para compensar la necesidad de Heathrow de aumentar su tráfico para poder así competir como aeropuerto de enlace transoceánico con Francfort, París y Ámsterdam, que le llevan una gran delantera en sus planes de expansión. Y muchos creen que esa red de alta velocidad debería ser complementaria, más que alternativa, a la ampliación.
La oposición a la tercera pista en Heathrow se basa en cuestiones medioambientales, incluyendo la contaminación acústica en una zona densamente poblada. El alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, se opone y aboga por la construcción de un nuevo aeropuerto en el estuario del Támesis. Pero ése es un proyecto de dudosa rentabilidad; solucionaría el problema del ruido, pero no el de las emisiones de gases, y no ayudaría demasiado a Londres para competir con sus rivales.
