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Reportaje:

Sensibilidad y fervor religioso

El malí, volcado en acciones humanitarias, sigue a rajatabla los preceptos del Islam

A nadie le sorprendió. Nadie se alarmó ni puso el grito en el cielo cuando Frédéric Kanouté levantó su camiseta del Sevilla y dejó al descubierto otra negra con el nombre de Palestina impreso en varios idiomas. El tipo de gesto que casa a la perfección con la forma de vida del jugador malí. Y en su equipo, todos lo saben. "Está muy involucrado en estos aspectos. Él es musulmán y va a defender su religión como siempre lo ha hecho. Siempre le dedica el gol a Alá, su dios. Rechaza la injusticia, es el jugador más solicitado para actos solidarios, con los emigrantes y especialmente con los niños", dijo de él Manolo Jiménez al día siguiente del encuentro copero ante el Deportivo.

El técnico sevillista glosó en tres pinceladas el carácter de su delantero: fervor religioso, coherencia con sus ideales y sensibilidad por los temas humanitarios. Nacido en Sainte-Fois-lès-Lyon (Francia) en 1977, se nacionalizó malí y se convirtió al Islam. Su fervor religioso traspasa el ámbito privado. Orgulloso de su confesión, el futbolista dedica sus goles a Alá. Incluso en 2006 se atrevió a tapar con cinta adhesiva la imagen del patrocinador del equipo (una casa de apuestas) porque contradecía sus principios religiosos. Desde el club recuerdan que en el mes de Ramadán, Kanouté sigue los preceptos del Islam y no ingiere alimentos hasta la puesta de sol. El compromiso con su fe llevó al jugador a comprar, en diciembre de 2007, una mezquita en la plaza Ponce de León de la capital andaluza. Los representantes de la Comunidad Islámica pidieron ayuda a Kanouté ya que el contrato de alquiler de los fieles musulmanes estaba a punto de expirar. Y éste desembolsó más de 500.000 euros, según el Registro de la Propiedad, para garantizar el futuro del centro de culto, aunque el jugador se limitó a decir que era "una inversión normal".

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Ayudar, sí, pero nada de cara a la galería. El delantero africano lo hace por convicción moral. Sólo publicita sus actos cuando se trata de la Fundación Kanouté, con la que ha creado la Ciudad de los Niños, un centro cerca de Bamako (capital de Malí) que reunirá varios servicios e instalaciones destinados a las necesidades de los niños huérfanos o desvalidos. La Fundación tiene como objetivo "devolver a las cabezas de familia la dignidad de ganarse el sustento sin depender de las ayudas". El 13 de mayo pasado, además, organizó junto a UNICEF el partido Champions for Africa, para recaudar fondos contra la malnutrición infantil en su país.

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