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Del alborozo al sálvese quien pueda

Buena prueba del alborozo con el que se recibieron los hallazgos de Iruña-Veleia se descubre en la asistencia al cóctel que siguió a su presentación oficial el 8 de junio de 2006. Más de 200 invitados, representantes de todos los partidos políticos, profesores de la Universidad. Entre ellos, el entonces diputado de Cultura, Federico Verástegui, del PP, que ha defendido a capa y espada la autenticidad de las piezas hasta ahora.

Dos años después, acepta la nueva realidad, aunque con reparos. "Pero más que una comisión de expertos universitarios ha sido un tribunal de la Inquisición y no hay que olvidar que ha sido Eliseo Gil quien ha puesto en valor el yacimiento: antes estaba considerado un poblado y ha sido este arqueólogo quien ha descubierto su dimensión histórica".

El secretario general del PSE en Álava, Txarli Prieto, como Verástegui, considera que se ha actuado con excesiva precipitación. "Se actuó con una urgencia ajena a la investigación científica; ahora ha ocurrido lo mismo y lo importante es conocer la magnitud del problema", comenta.

En aquel cóctel de junio estaba la titular del Departamento de Cultura del Gobierno vasco, Miren Azkarate, que calificó el descubrimiento como "patrimonio excepcional", aunque pidió "prudencia". Ahora, estima que los informes que ponen en duda los hallazgos son "contundentes". La excavación pasa ahora a manos de la Universidad del País Vasco.

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