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Los rectores afectados por las revueltas piden ayuda al Gobierno

En una carta confidencial advierten que el movimiento 'anti-Bolonia' tienedimensión estatal y se recrudece - El problema se extiende a otras capas sociales

No es un fenómeno pasajero. El "movimiento anti-Bolonia" va creciendo "con consecuencias imprevisibles". Los rectores de las cinco universidades que más duramente están sufriendo las manifestaciones y encierros han enviado una carta confidencial al Gobierno en la que piden su intervención. Se trata de un "movimiento que tiene dimensión estatal", que no puede ser abordado "de manera aislada", argumentan. Estas cinco universidades son la de Barcelona, Autónoma de Barcelona, Complutense, Sevilla y Valencia. Entre ellas suman más de 250.000 alumnos, lo que supone una quinta parte de los estudiantes de las 50 universidades públicas.

Estos alumnos protestan por la implantación de la reforma surgida de la Declaración de Bolonia, firmada por 29 países en 1999 con el objetivo de facilitar la homologación de títulos en el sistema universitario europeo y la movilidad de alumnos y profesores. Los rectores advierten en el escrito, dirigido al secretario de Estado de Universidades, Màrius Rubiralta, al que ha tenido acceso EL PAÍS, que "no es un fenómeno pasajero": "No confiamos en que vaya a desvanecerse, sino que esperamos un recrudecimiento".

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Este llamado movimiento anti-Bolonia es asambleario y resulta difícil de cuantificar. Pero en los campus más afectados las protestas son diarias. Se trata básicamente de concentraciones en la puerta de los centros y en algunos actos o de encierros. Es un goteo continuo. Crean una asamblea por facultad y otra por universidad. Donde más han calado es en Filosofía, Filología, Medicina y Ciencias de la Información.

En el texto dirigido al Gobierno, los rectores más afectados manifiestan además su inquietud porque este movimiento esté calando en otras capas de la sociedad: "El sentimiento anti-Bolonia se ha ido extendiendo por los centros de secundaria, sembrando la inquietud y preocupación no sólo entre los estudiantes que en los próximos años han de llenar las aulas, sino también entre el profesorado y las familias". Añaden que en estas condiciones y con las "inquietudes dispares" de amplios sectores del profesorado y del personal de administración y servicios (PAS) de las universidades es "muy difícil en este momento la gestión de cambio" para la creación del espacio universitario europeo.

Los responsables de estas universidades le dicen al Gobierno que creen que ha llegado el momento en el que se debe abordar esta situación "con urgencia" y "buscar conjuntamente salidas que permitan avanzar a la Universidad española", razón por la que piden una reunión con los responsables del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Las reivindicaciones de los estudiantes -aseguran, por ejemplo, que el proceso de Bolonia va a suponer una privatización de la Universidad y que van a subir las tasas- no son exclusivas de un centro; tienen que ver con la política educativa española. Cada rector lo ha intentado explicar -y negar-, pero han visto que sus esfuerzos son insuficientes. Reclaman por eso una respuesta institucional, clara y genérica por parte del Gobierno para todos los universitarios del país. Quieren que el Gobierno lance un mensaje público "en positivo sobre lo que representa Bolonia" y que tenga algún gesto como, por ejemplo, simplificar el proceso de acreditación de los nuevos títulos, que retrasa su aprobación.

Estudiantes contrarios a Bolonia irrumpen en la reunión de la junta de gobierno de la Universidad de Valencia.
Estudiantes contrarios a Bolonia irrumpen en la reunión de la junta de gobierno de la Universidad de Valencia.SANTIAGO CARREGUÍ

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