_
_
_
_
_
Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La revolución de Mamá África

Era una de las mujeres más queridas y admiradas de África. Miriam Zenzile Makeba, conocida como Mamá África, pasó 30 años en el exilio. Al llegar a Londres en 1959 no se atrevía a entrar en los restaurantes porque veía a los blancos en las mesas. Y comer con los blancos era algo impensable en la Suráfrica del apartheid. Recordaba que en el avión de South African Airways nadie quiso sentarse a su lado. Viajando por el sur de Estados Unidos, con Harry Belafonte, al que consideraba un hermano mayor, también se encontró con prohibiciones debidas al color de su piel. Hablaba bajito, pero su voz sonó muy firme cuando se dirigió a la Asamblea General de Naciones Unidas para denunciar la discriminación racial.

Más información
Miriam Makeba muere cantando por la libertad

Cantó en grupos como Manhattan Brothers y Skylarks, ante el emperador Haile Selassie y la Organización para la Unidad Africana (OUA) en Addis Abeba y, en Nueva York, en la velada en que Marilyn Monroe le dedicó a Kennedy su inolvidable Happy birthday, se retiró pronto porque tenía fiebre, pero una limusina la fue a buscar porque el presidente quería saludar a la joven surafricana. Estuvo casada con Stokely Carmichael, líder de los Panteras Negras -se empeñó en que él y sus amigos vistieran correctamente "no se hace una revolución para estar en el lodo", les dijo-, y con el trompetista Hugh Masekela. Conoció a cantantes de jazz como Sarah Vaughan o Dinah Washington, se hizo amiga de Nina Simone, y decía sentirse afortunada por haber vivido la época en que algunos países de África lograban su independencia y los negros de Estados Unidos luchaban por sus derechos. Superó un cáncer, pero nunca la muerte de Bongi, su única hija, fallecida mientras ella participaba en la gira Graceland, de Paul Simon. Recibió premios como el Polar, el de Música de la Unesco o el Dag Hammarskjöld, por su labor humanitaria.

El 11 de junio de 1990 regresó a Suráfrica. Tanto ella como sus discos habían estado vetados 30 años. Llegó al aeropuerto de Johanesburgo temprano por la mañana. Fue uno de los momentos más conmovedores de su vida: la cantante Brenda Fassie empezó a cantar Nkosi sisekele, el himno del Congreso Nacional Africano. Todos lloraban y se abrazaban.

Makeba no podía terminar un concierto sin Pata pata, la canción que la hizo famosa, y que ella consideraba una de las más insignificantes de su repertorio. A sus 76 años le resultaba ya penoso viajar, pero reclamaban su presencia desde Islandia hasta Singapur. Nelson Mandela se lo dijo un día a Winnie: "Cuando vi a aquella jovencita supe que iba a ser alguien".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_