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Mas y Duran exhiben unidad en vísperas de la cumbre Unió-PSC

El líder de CDC dice que también se reúne con quien quiere

Nunca hay que dar munición al enemigo, ni siquiera motivos para que pueda hurgar en disensiones internas. Así que ayer Unió y Convergència, al menos públicamente, decidieron pasar página a un episodio que en las últimas semanas ha enturbiado sus relaciones y exhibido sus estrategias opuestas. En la primera ejecutiva de CiU tras el verano congresual, ni siquiera salió a debate la controvertida reunión que este viernes celebrarán la cúpula democristiana y la de los socialistas catalanes.

Josep Antoni Duran Lleida, por Unió, y Artur Mas, por Convergència, comparecieron juntos en una conferencia de prensa en la que se conjuraron para sortear la cita política de este viernes y focalizaron su intervención en el rechazo de CiU a los presupuestos del Estado y de la Generalitat. La estratagema fue un desastre porque tanto uno como otro tuvieron que dar cumplida cuenta de la cumbre Duran-Montilla del día 14.

Si el domingo Duran y Mas exhibían una vez más su cacofonía política -el convergente afirmaba que Cataluña necesita un Barack Obama y el democristiano le rebatía-, ayer se movieron al mismo compás. Y ambos se comprometieron a remar al unísono para que CiU se haga con la presidencia de la Generalitat en las próximas autonómicas.

"No tengo ningún inconveniente en que haya este tipo de encuentros porque cada uno tiene su capacidad y autonomía propia para poder dialogar con fuerzas políticas. CDC también lo hace y no debe haber ningún reproche en este sentido", afirmó Artur Mas. Recordó que, pese a sus intentos, históricamente nuca ha sido posible un Gobierno CiU-PSC y que, por tanto, cualquier pacto o alianza se pospone hasta la mañana siguiente a la cita con las urnas. Opinión que Duran expresó también el domingo en una entrevista en el diario Avui.

A pesar de tan calculada demostración de unidad, el dirigente socialista José Zaragoza volvió a sembrar cizaña y recomendó a Duran que aproveche sus encuentros con Mas para "controlar su radicalización".

CiU lanza el órdago del veto

La negociación de los Presupuestos Generales del Estado vive esta semana un nuevo episodio. CiU expuso ayer que su grupo en el Senado vetará las cuentas generales. El ardid nacionalista sólo podrá prosperar si, además de contar con el PP, logra sumar a ERC e IU-ICV, con cuatro y dos senadores, respectivamente, integrados en la Entesa Catalana de Progrés junto al PSC. También sería necesario el apoyo de Coalición Canaria. Esquerra indicó ayer que no se sumaría "porque sí" al veto, pero ya negocia con CiU. Otra cosa es ICV, nada favorable a una medida tan radical.

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