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Reportaje:Comienza en Alicante la gran regata transoceánica

La mayor aventura de los mares

Ocho barcos se enfrentan durante nueve meses a las condiciones más duras en la Vuelta al Mundo

Juan Morenilla

En medio de la tempestad, el océano Atlántico se llevó la vida de Hans Horrevoets, tripulante del ABN Amro, durante la pasada edición de la Vuelta al Mundo de vela. También se tragó al Movistar, el barco español que sigue hundido no se sabe bien dónde como si fuera un galeón de guerra. Antes de morir ahogados, sus tripulantes fueron rescatados por sus compañeros del ABN, rotos de tristeza porque vivían a bordo con el cadáver de Horrevoets rescatado del mar. La regata transoceánica más exigente del planeta no hace rehenes y a partir de hoy vuelve a desafiar a ocho barcos y casi 100 navegantes en "la edición más dura de la historia". Las embarcaciones bailarán entre olas gigantes y vientos de hasta 50 nudos durante nueve meses, 37.025 millas marinas (68.570 kilómetros), cinco continentes y 11 países en diez etapas largas y siete cortas, desde Alicante hasta Ciudad del Cabo, Singapur, Río de Janeiro y Boston. Por primera vez en sus diez ediciones, ponen rumbo al sur desde el Mediterráneo: Alicante despide este mediodía a las tripulaciones.

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Con los huesos de su anterior barco enterrados en la arena, el equipo español, patrocinado por Telefónica, ha enmendado errores para lanzarse a por el primer puesto en junio de 2009 en la costa de San Petersburgo. Pedro Campos, como director general, y el danés Bouwe Bekking, como director deportivo, mueven los hilos de un equipo con casi 50 millones de euros de presupuesto (frente a los 20 de 2005-06), dos barcos de renovado diseño y parte de la mejor tripulación española actual. Iker Martínez, plata en Pekín, patronea el Telefónica Azul, en el que se alistan también su inseparable Xabi Fernández, Pepe Ribes y Jordi Calafat, desembarcado de la Copa del América. Y Fernando Echávarri, oro en los Juegos, toma el mando del Telefónica Negro. Con 31 y 35 años, respectivamente, son los dos patrones más jóvenes. Otro español, Guillermo Altadill, defiende la bandera del Team Russia.

El equipo español ha blindado por primera vez un contrato exclusivo con Bruce Farr, el diseñador que ha ganado todas las ediciones menos la última, en la que los holandeses del ABN volaron con sus embarcaciones de dos timones modeladas por Juan Kouyoumdjian. "El diseño ha cambiado mucho. Está basado en las formas del ABN antiguo. Es más ancho de popa y tiene dos timones. Es un barco más rápido, de segunda generación. La primera tenía muchos fallos", explica Echávarri, que navegó en algunas regatas de la edición anterior. "Aprendimos mucho y hemos modificado lo malo", añade Iker, en el equipo de diseño y construcción del pasado proyecto y ahora novato a bordo en la prueba. "Hemos asumido una apuesta de riesgo al repetir con el mismo diseñador. Ahora es el barco que parece más moderno, con el palo más cuidado", comenta Campos.

Con las uñas afiladas tras la primera regata costera, que ganó el Telefónica Azul, los ocho barcos parten hoy hasta Ciudad del Cabo. Diez regatistas por embarcación, más un observador que no puede tocar nada y que será el enlace con el exterior, serán vigilados por nueve cámaras y tres micrófonos. Según una nueva norma, dos de los diez navegantes deben ser menores de 30 años. Durante meses no se quitarán la humedad del cuerpo, tomarán comida liofilizada que no se mastica y dormirán en literas empotradas en el interior del casco en turnos fugaces: cada ocho horas de trabajo, hora y media de descanso. En buenas condiciones, dormirán cinco horas al día; en malas, tres, dos o... ninguna. "Es una carrera a tope, día y noche, llena de riesgo y aventura y con una convivencia extrema. Algo único, nada comparable en el mundo", dice Echávarri. "Será una competición muy igualada. Los barcos son muy parecidos y se decidirá todo en la última etapa. El objetivo es el podio. Si acabamos cuartos, no estaré nada contento", recuerda Iker. Los suecos del Ericsson, también con dos barcos, y los estadounidenses de Puma aparecen como los desafiantes más duros.

La Vuelta al Mundo se moderniza y navega al encuentro de nuevos puertos como Kochi (India). El trayecto entre Qingdao y Río, en la quinta etapa, será el más largo (12.300 millas, 22.779 kilómetros) de la historia. Y en los mares de China los barcos pasarán ante la mirada de piratas. "La Vuelta al Mundo tiene dos retos", concluye Campos; "uno es llegar antes que nadie, pero el más importante es simplemente llegar".

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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