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Reportaje:

"Estoy para lo que pueda"

Olazábal reaparece en el Masters de Madrid después de tratarse la espalda con un medicamento biológico y microdosis de quimioterapia

Juan Morenilla

Bajo una gorra sin patrocinador -"estoy buscando alguno, si os enteráis..."- Chema Olazábal volvió ayer a coger la bolsa de palos, también sin mecenas, en la primera jornada del Masters de Madrid, en el Club de Campo. El golfista vasco, todavía algo oxidado por el parón desde finales de junio, recordó algunas sensaciones y golpes olvidados. "Pero todavía me siento raro, cometo muchos errores. Aún doy golpes muy malos, pero es algo con lo que tengo que vivir", explicó Olazábal.

La vuelta al golf le dejó con una tarjeta de un golpe bajo el par en un día de incómodo viento por la mañana y los greens esponjosos y húmedos, rebeldes por las marcas de los zapatos. Al menos la espalda le dio una tregua, por muchos cuidados que necesite. A los 42 años, Olazábal pelea por seguir en nómina entre los jugadores en activo. Y acudió a la llamada de su amigo Gonzalo Fernández-Castaño, como hizo en Andalucía con Miguel Ángel Jiménez, para dar empaque al Masters madrileño. "No estoy bien, me duele, pero con lo que cuesta organizar un torneo así en España... Quiero ver cómo me encuentro. Lo de menos es el resultado, aunque el objetivo es pasar el corte", comentó Olazábal. En su regreso, el jugador tiene previsto disputar la próxima semana el Masters de Castellón, organizado por Sergio García, y afinar su puesta a punto para ofrecer mejor cara el próximo año.

Aún sin patrocinador, el golfista vasco va al fisioterapeuta para poder seguir jugando

En junio jugó su última vuelta, en la que se quedó a un golpe de clasificarse para el Open Británico, y en agosto se dio un descanso con la medicación. Desde hace un año, Olazábal recibía cada dos meses y durante cuatro horas un antiinflamatorio biológico con gotero. Claro que para preparar el cuerpo, para bajar las defensas y que el medicamento hiciera efecto, el golfista debía pasar por microdosis de quimioterapia, en cantidades como las que recibiría un niño. El tratamiento aliviaba el dolor, pero le dejaba sin fuerzas para hacer ningún ejercicio. En agosto los análisis presentaron una mejora y el jugador hizo una pausa. Todavía se le carga la espalda en los entrenamientos, y no le sirven los parches para calentar los músculos, así que las visitas al fisioterapeuta, antes incluso de salir al campo, y los estiramientos para evitar contracciones son obligatorios. Luego, al pisar el tee, "las sensaciones cambian" y falla golpes que sus seguidores no están acostumbrados a verle. "Me falta ritmo, pero soy realista. Esto no es una carrera de 100 metros, sino cuatro días en un campo exigente. Estoy para lo que pueda", explica Olazábal.

Mientras él sigue dando guerra, su nombre coge fuerza para ser el capitán de Europa en la Copa Ryder de 2010 en Gales -Madrid ha pedido ser sede de la edición de 2018-. Olazábal quiere estar, pero como jugador.

Masters de Madrid. Clasificación tras la 1ª jornada:

1. Paul Broadhurst (Ing.), 67 golpes (4 bajo el par). 2. M. Carlsson (Sue.), 67. 3. M. Fraser (Aus.): 67. 4. Pablo Larrazábal: 68. 8. M. Á. Jiménez, 69. 24. J. M. Olazábal, 70. 71. Gonzalo Fernández-Castaño, 71.

Chema Olazábal en la primera jornada del Masters de Madrid.
Chema Olazábal en la primera jornada del Masters de Madrid.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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