_
_
_
_
_
Reportaje:

"Se ha hecho justicia"

Una de las mujeres readmitidas en el trabajo explica su caso

De vez en cuando, los tribunales dictan sentencias que aumentan la consideración ciudadana para con ellos. Esta semana han trascendido dos casos con un nexo común: dos mujeres de condición humilde despedidas de manera injustificada y que han sido readmitidas por decisión judicial. Una protagonista y un familiar de la otra se reunieron ayer para explicarse en el Col·lectiu Ronda, el despacho de abogados que las ha defendido.

Raquel M. R., operaria de la Nissan y afiliada a CC OO, confesaba su orgullo por haber aguantado el envite a la empresa hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha sentenciado que se la discriminó al despedirla estando de baja por depresión a causa del maltrato de su ex pareja. Lo que más le preocupa ahora es la postura de la empresa, que la ha destinado a una cadena de montaje donde el ritmo de trabajo es superior. Y lo que es peor: que la crisis sirva de escusa para presentar un expediente de regulación de empleo y se la incluya. De los comentarios morbosos de sus compañeros apenas hace caso: "Todavía tengo que sorportar bromas, pero es igual", explica la mujer, separada y con un hijo.

"Volvería a denunciar a la empresa y lo que he pasado ha valido la pena, porque se ha hecho justicia", explica esta trabajadora, que sólo se desencaja cuando se habla de su ex marido, el que la agredió y la sumió en la depresión que le costó el despido. "No tengo noticias de él y eso es lo mejor que me puede pasar".

Más delicada es la situación de Sandra Tejero, en coma desde el 15 de septiembre por un accidente de tráfico y que ha sido readmitida después de que la justicia anulara su despido. Ahora seguirá cotizando a la Seguridad Social todo el salario como dependienta El Punt del Peix, S. L. "Se ha hecho justicia con los derechos de una trabajadora", explicó la madre, Montserrat Casares.

Al hilo de esos dos casos, el abogado José Luis Condado recordó que desde 1994 ha habido en España una "progresiva y alarmante pérdida de los derechos colectivos e individuales de los trabajadores". Otros dos abogados, José Antonio González y Ester Comas, coincidieron en que tan importante es su trabajo como la resonancia mediática del asunto, y las dos mujeres anunciaron que quieren volver al anonimato y a no salir más en los medios.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_