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La respuesta habitual de los políticos ante una decisión disciplinaria del Poder Judicial no sirve para un titular de prensa: "Hay que respetarla". Pero ayer se rompió este esquema. La alarma social levantada por el caso Mari Luz, y el escándalo provocado por la leve multa -1.500 euros- impuesta al juez Rafael Tirado, llevó a los líderes de los dos grandes partidos a mostrar su malestar.
El presunto asesino de Mari Luz Cortés fue juzgado ayer por otra causa: enganchar de forma ilegal a la red eléctrica la chabola en la que vivió unos meses en Sevilla. El juez le impuso una multa de 270 euros. A la salida de los juzgados, un grupo de personas increpó con gritos de "perro" y "asesino" a Santiago del Valle, fuertemente custodiado por guardias civiles y policías nacionales.
"Su idoneidad es indiscutible"; "le agradezco su brillante y sincera exposición"; "usted es la esperanza de regeneración del Consejo saliente"; "usted es una de las personas que mejor sabe cómo funciona la Justicia"; "ha sido un acierto proponerle"; "usted está particularmente cualificado"; "vamos a hacer un equipo que regenere el Consejo"...
El Tribunal Constitucional declaró anoche, por unanimidad, la inconstitucionalidad de la ley de la Consulta Vasca patrocinada por el lehendakari Juan José Ibarretxe, por violación del artículo 149.1.32 de la Constitución, que reserva al Estado la competencia exclusiva par autorizar la convocatoria de consultas populares mediante referéndum.
La iniciativa del lehendakari, Juan José Ibarretxe, para forzar la celebración de una consulta entre los ciudadanos vascos sobre el derecho a decidir su futuro y las relaciones de la comunidad autónoma vasca con el Estado se ha estrellado contra el Tribunal Constitucional.
A José Luis Rodríguez Zapatero se le ha abierto un nuevo frente en la negociación de la financiación autonómica: Andalucía ha amenazado con rechazar el modelo si el Gobierno incumple los plazos que marca el Estatuto de Autonomía y no se fija una cuantía sobre la llamada deuda histórica antes del próximo día 20, informa Isabel Pedrote.
La normalidad reinó ayer en los actos institucionales de la Diada, aunque sí hubo los habituales abucheos de grupos independentistas. No obstante, varios encapuchados quemaron en el casco viejo barcelonés algunas enseñas nacionales e imágenes de los Reyes.
La empinada escalinata próxima al altar de la catedral de la Almudena se convirtió en un gran banco improvisado para más de medio centenar de pilotos, bomberos, policías y miembros de los cuerpos de los servicios de emergencia que ayer quisieron dar aliento durante el funeral de Estado a unos 140 familiares de víctimas del accidente del MD-82 de Spanair que se estrelló el pasado 20 de agosto.
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