Vuelta pacífica en el PP

Estaban desconocidos. Habladores, cariñosos, besucones, susurrándose al oído y riendo como si acabaran de escuchar la ocurrencia más descacharrante del mundo. A saber qué se contaban. Ni los oídos ni los micros alcanzaron a captarlo. Lo que sí pudo verse -ya se encargaban ellos de escenificarlo- fue el buen rollo con el que los dos primeros espadas del PP madrileño han encarado el nuevo curso político. La presidenta, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, coincidieron ayer para presentar la remodelación del mercado municipal de Ibiza.

"Mira, parece que ya se han reconciliado", comentaba una señora, de puntillas y estirando el cuello para no perder detalle. Su vecina en el corrillo, también con carrito de la compra, asentía: "Sí, sí, pero porque Espe ha dejado claro que la que manda es ella". Un periodista se gira, sonríe, y apunta el diálogo. Tras la parada técnica, rumbo a Frutas Nieves, que a eso habían ido ambas al mercado. Había expectación para ver cómo se comportaban los pimpinela de la política madrileña tras el verano, hasta hace meses enfrentados por el control del PP regional. "¿Cómo ha sido el reencuentro?", preguntó otro periodista a Gallardón, que salió del brete con evasivas: "Por favor, por favor...". Media vuelta y hacia la salida. No contestó preguntas.

Aguirre, sí. "Pero si nos hemos visto muchísimos días en vacaciones", dijo como para quitarle importancia al asunto. La presidenta aprovechó su turno de palabra -"querido alcalde", empezó- para agradecer a Gallardón el apoyo a su candidatura a la reelección como presidenta del PP en el congreso de los días 19 y 20 de septiembre: "Desde el primer momento dijo que apoyaría mi candidatura". Aguirre aseguró que lo afronta "con mucha ilusión y mucha confianza" y remachó que el hecho de ser la única candidata sólo quiere decir que "los militantes y simpatizantes del PP de Madrid entienden" que puede ser "la mejor presidenta".

Poco antes, los dos habían protagonizado un momento tierno. Aguirre le dio a probar al alcalde un trozo de jamón que le había ofrecido un comerciante. Y a la salida, con el coche preparado en una calle lateral, Aguirre ordenó que esperara: "Es que me quiero despedir del alcalde". Recorrió a pie varios metros, encaramada a unos zapatos de tacón blancos: "Venía a despedirme". Muac, muac. Ahora sí, al coche.

Presupuesto "austero"

Ayer se celebró también la primera reunión del Ejecutivo autónomo tras el parón de agosto. El vicepresidente, Ignacio González, anunció que el debate sobre el estado de la región, que iba a celebrarse los días 11 y 12 de septiembre, se retrasará una semana para no coincidir con el funeral por las víctimas del accidente de Barajas. González apuntó, aunque sin especificar, por dónde irán los tiros del adelgazamiento de la Administración: "Hasta ahora hemos hecho lo más gordo; ahora vamos a hacer también ajustes en otras consejerías". También anunció un presupuesto de 2009 "austero".