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Crítica:Días de diversión
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Naufragio del Conde de la Corte

El contemplar un fracaso ganadero de tal calibre como el de la tarde de ayer debe entristecer necesariamente al aficionado con memoria histórica. No hay que olvidar que el Conde de la Corte es la madre del noventa por ciento de las ganaderías de bravo que lidian en nuestros días, todas aquellas que proceden del tronco Tamarón-Parlade.

Por lo tanto, el estrépito vivido ayer en Vitoria, en un encierro desclasado, falto de casta y raza y que derrochó mansedumbre por los cuatro costados hace tambalear los cimientos de un símbolo de la cabaña brava y deja bien claro que el buen encierro lidiado en la feria de año pasado no fue sino un espejismo.

El único ejemplar que se salvó de la quema fue el lidiado en tercer lugar, primero de Serafín Marín, ejemplar con movilidad, prontitud y embestidas largas por el pitón derecho.

Conde de la Corte / Ramos, López Chaves y Serafín Marín.

Seis toros de Conde de la Corte. De correcta presentación. El quinto fue sustituido por un sobrero de la misma ganadería. Mansos, descastados y desclasados, alguno, como el sexto, rayando o sobrepasando la invalidez, con excepción del tercero con movilidad y clase por el pitón derecho. Se dejaron hacer en varas.

José Ignacio Ramos, que se despedía de Vitoria (de rosa y plata): estocada caída. (aplausos) y pinchazo y estocada tendida y dos descabellos (ovación)

López Chaves (de almirante y oro): pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio) y pinchazo y estocada (silencio).

Serafín Marín (celeste y oro): gran estocada (oreja); y pinchazo, media estocada y dos descabellos (ovación).

Plaza de Toros de Vitoria. Dos tercios de entrada.

Marín es un torero a contra-estilo, heterodoxo, de figura desgarbada, lo que le acarrea los consiguientes problemas para componer la figura. Catalán, en un tiempo en el que las veleidades políticas han tratado de sepultar en esa tierra siglos de historia taurina, y con una atávica mala suerte, representada en forma de cornadas, pegada a sus talones. Es, además, torero querido en Vitoría, mitad por los éxitos cosechados, mitad por los percances sufridos, tanto en la plaza vieja como en la multiusos. Si ir más lejos, el año pasado tuvo que abandonar la plaza por la puerta de la enfermería.

Y, tras la tarde de ayer, quedó claro que el romance continúa vivo. Buen saludo capotero por verónicas, mientras que el toro galopaba en banderillas mostrando sus virtudes. Acertó Marín citando de largo cuajando al animal en la distancia que este pedía, y tirando del animal hacia abajo en dos poderosas series por la derecha.

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En la única ocasión en la que intentó catar el otro pitón, tras un cambio de mano, el catalán resultó calado por el toro. Puntazo en la taleguilla.

Vuelta a la diestra con dos nuevas series de derechazos, algunos ceñidos y con la franela barriendo la arena. Finiquitó al volapié, en lo que puede ser la estocada de la feria, tras lo que rodó el toro. Oreja de ley.

No fue la de ayer la despedida que merecía la honradez, la verdad y la gallardía que ha regido la trayectoria de José Ignacio Ramos en el mundo taurino. La falta de juego de su primer oponente hacía avecinar cual iba a ser el juego de sus hermanos.

En cuarto lugar, fue lidiado un cinqueño pasado que en noviembre hubiese cumplido los seis años, edad que reglamentariamente inhabilita para la lidia. Era su último toro en Vitoria y Ramos se afanó por no irse de vacío.

Quites por chicuelinas, tercio de banderillas pleno de compromiso con pares por los adentros, de poder a poder y en "moviola". En el último tercio exprimió, sin posibilidades de éxito, las sosas embestidas de un desclasado animal que se reponía y gañafoneaba.

López Chaves, torero codicioso y de pundonor, está viendo su temporada más triste. Completó una tarde desangelada y ya van demasiadas este año. No consiguió acoplarse ni con el manso castaño lidiado en segundo lugar, ni con el incierto y geniudo sobrero que salió en sustitución del invalido titular de la misma ganadería del Conde de la Corte. Ha sido el primer toro sustituido en lo que llevamos de feria.

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