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Jérôme Savary llevará su Quijote ecologista al Festival de Peralada

La "fábula musical" del director mezcla al caballero con 'El Ángel Azul'

La construcción de un aeropuerto internacional llamado Don Quijote ha puesto patas arriba el paisaje de La Mancha. Las obras perturban al caballero andante, de espíritu ecologista. Pero lo que le hace perder la cabeza es el cartel publicitario de un cabaret parisiense de medio pelo, el Moulin Rouze. Don Quijote no puede soportar la visión de la vedette de generoso escote que empaña el entorno. Y decide vengarse. Arrastra a Sancho hasta la ciudad de la luz para acabar con la impúdica artista. Pero una vez allí, como le sucede al profesor protagonista de la película El Ángel Azul, de Josef von Sternberg, acaba perdidamente enamorado de la chica. Literatura y cine se entrecruzan sin solución de continuidad en el último espectáculo creado por el director escénico Jérôme Savary, Don Quijote contra el Ángel Azul, que el sábado y el domingo se verá en el Patio del Conde Duque de Madrid y el jueves recalará, en función única, en el Festival de Peralada.

Savary dice que si el montaje se ve en Barcelona situará la acción en El Molino

A lomos de un caballo neumático, el catalán Joan Crosas es el protagonista masculino de esta historia imaginada por Savary como "una fábula musical". El espectáculo se estrenó en Francia a principios de año, con Arielle Combaste (esposa del filósofo Bernard-Henri Lévy) en el papel de la Dulcinea de cabaret que altera el espíritu del caballero andante. Tras una gira con 80 funciones, la actriz se apeó del proyecto. La sustituye Marta Ribera, una intérprete "más voluptuosa", según definición propia, y "más real", a juicio de Savary. La frondosa imaginación del director llena de referencias este espectáculo sobre el que, además del respeto por la tierra, planea el lamento por la desaparición del music-hall como género escénico. "Hasta los años sesenta, en Pigalle había 350 cabarets. Ahora quedan 20 o 30", deplora el director, que, alcanzada la edad de jubilación, fue automáticamente vetado para dirigir grandes teatros nacionales franceses. Savary, que había ejercido esta labor durante 20 años, se ha reinventado con la creación de su propia compañía, La Boîte à Rêves.

Crosas y Ribera son los únicos españoles de un espectáculo con música en vivo en el que todos cantan y bailan, y la mayoría toca algún instrumento. Frédéric Longbois, que interpreta a Sancho Panza, es uno de los pianistas del montaje. "El play back es como hacer el amor con una muñeca hinchable", señala Savary.

"Es posible que el espectáculo recale en Barcelona si encontramos algún teatro donde presentarlo". Si es así, el director se plantea sustituir las referencias al cabaret francés para situar la acción en El Molino de Barcelona, que frecuentó a menudo. "Su muerte fue la muerte de Franco. El día en que el porno se liberó, la gente perdió interés por El Molino", afirma. En cualquier caso, la sentencia final para este tipo de locales no variará. En la obra, Berlusconi compra el local para convertirlo en un estudio de televisión. Aunque nadie debería temer un final demasiado trágico. "Tengo una hija de siete años, que por cierto ha visto el espectáculo unas 15 veces, y quería que acabara de una forma positiva", alienta para animar a quienes apuestan por el happy end.

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