La suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa se ha convertido en el primer estallido de la crisis en el Gobierno de Zapatero. No hay que darle más vueltas. Durante meses, desde luego desde antes de las elecciones, ha tratado de salvarla. Ahora abre grietas en su seno.
Martinsa-Fadesa comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), semanas antes de presentar el mayor concurso de acreedores de la historia empresarial española, que no se había materializado ninguno de los riesgos a que la empresa está sujeta.
Las organizaciones agrarias y las industrias lácteas quieren poner fin a las guerras históricas en el sector por el precio de la leche en el campo, tanto en ganado vacuno como en ovino y caprino, y negocian un plan lácteo.