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Polémica por una fuga de uranio en el sur de Francia

Un incidente en una central nuclear en Francia desató la polémica ayer. Varias asociaciones acusaron a las autoridades y a la empresa responsable de ocultar información y haber tardado demasiado en dar a conocer los detalles del incidente.

La madrugada del martes, a las 6.30 horas, se produjo un vertido de un líquido que contenía alrededor de 75 kilos de uranio en la central nuclear de Tricastin, cerca de Aviñón, en el sudeste del país. Se vertieron 30 metros cúbicos del líquido, que fueron a parar al suelo y a las aguas de un río cercano. El sistema de seguridad interceptó una parte, con lo que la fuga final fue de 18 metros cúbicos, según un portavoz de Areva, la empresa encargada de explotar la central. Por el momento de desconocen las causas del accidente, que además alarmó a Alemania. El secretario de Estado de Medio Ambiente, Michael Müller, declaró que "la tecnología nuclear es de alto riesgo" y que este incidente "no era para ser tomado a la ligera".

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En un principio se pensó que podría tratarse de un incidente grave, algo que desmintió la Autoridad de seguridad nuclear (ASN), al calificarlo de "anomalía". Las autoridades intentaron tranquilizar a la población, al calificar el riesgo de "bajo".

Acusaciones

Sin embargo, el incidente provocó la cólera de varias asociaciones, que acusaron a Areva de "retención deliberada de información" y de "poner en peligro a la población". La empresa tardó más de 12 horas en evaluar la importancia de la fuga, para declarar que las inspecciones no habían revelado "ningún elemento anormal", algo que confirmó la ASN.

Este organismo explicó que la concentración de uranio se mantuvo en 12 gramos por litro y que las tasas de radioactividad encontradas están "en constante disminución" desde el martes por la noche.

A pesar de que no ha sido declarado de gravedad, las medidas de precaución se mantuvieron durante todo el día de ayer, con la prohibición a los vecinos de pescar, comer pescado o bañarse en determinados lugares. Greenpeace declaró que el accidente "demuestra que la energía nuclear no es una energía limpia".

Una polémica similar se ha vivido en España por una fuga nuclear en la central de Ascó (Tarragona). El incidente ocurrió en noviembre pasado pero sólo trascendió en abril de este año. La central está parada por inspección.

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