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El 40% de los jóvenes ha viajado con un conductor que había bebido

Pese a las estadísticas sobre accidentes mortales en los que la ingesta de alcohol aparece como causa y las constantes campañas de seguridad vial para concienciar a la ciudadanía, esta conducta de riesgo sigue siendo habitual entre los jóvenes vascos de entre 15 y 19 años, a la luz de los datos que arroja un estudio sobre movilidad del Observatorio Vasco de la Juventud.

El informe, presentado ayer en Bilbao y elaborado a partir de 1.400 entrevistas telefónicas, revela que el 39,1% de los jóvenes reconoce haber viajado alguna vez en un vehículo cuyo conductor había bebido. Sin embargo, el 69,3% de quienes conducen habitualmente afirma no ponerse al volante después de haber tomado unas copas. La diferente actitud de hombres y mujeres hacia las conductas de riesgo es manifiesta: ellas se muestran "más precavidas" en relación con la conducción bajo los efectos del alcohol y a gran velocidad. Mientras que el 40,4% de los varones ha conducido tras haber bebido, la cifra desciende al 16,1% en el caso de las mujeres.

El cinturón de seguridad y el casco en la moto son los sistemas de seguridad más empleados por la juventud. Los usan o usarían cerca del 90% de las personas encuestadas. El porcentaje de quienes evitan o evitarían los riesgos que entrañan los efectos del alcohol o conducir a gran velocidad desciende en cambio al 74,4%.

Hábitos de desplazamiento

Además de estas cuestiones relativas a la seguridad, el informe describe las costumbres de los jóvenes al desplazarse. Habitualmente, el 88,7% opta por caminar; el 51,5% utiliza los medios de transporte público -especialmente en Vizcaya, donde el metro es el medio preferido-, y el 48,1% se desplaza en vehículo privado. En comparación con la población total, los jóvenes utilizan más el transporte colectivo: recorren 27 kilómetros al día con este servicio frente a los 17 del conjunto de la ciudadanía. El medio elegido varía según la actividad que origine el desplazamiento: utilizan el coche para ir al trabajo y se trasladan a pie o en transporte público para estudiar.

Prácticamente la mitad de los jóvenes dispone de vehículo propio: un coche en el 84% de los casos y motocicleta u otro vehículo de motor en el resto. El índice de motorización es de 385 turismos por cada mil jóvenes, tasa que sube a los 415 entre la población total. El 65,3% asume los 150 euros que cuesta mantenerlo y la mitad ha costeado su compra. Perdura "la masculinización" del uso del coche: el porcentaje de hombres usuarios es casi diez puntos mayor que el de las mujeres, y ellas recurren más al transporte público y la movilidad peatonal.

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