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Alerta alimentaria

Sanidad pide que no se consuma aceite de girasol por una partida contaminada

El producto procedente de Ucrania ha sido distribuido en varios países europeos y estaba mezclado con aceites minerales - El Gobierno asegura que no hay riesgo para la salud

Carmen Morán Breña

El Ministerio de Sanidad lanzó ayer una alerta sanitaria para que se paralice en España la venta de aceite de girasol y recomendó no consumirlo tras detectarse la presencia de contaminantes en partidas importadas desde Ucrania. Se pidió a las familias que tengan botellas en casa que no las utilicen, pero que las conserven hasta que se determine qué marcas podían estar afectadas por la mezcla con aceite mineral. Aseguraron que el consumo de este aceite no es peligroso para la salud porque su refinado impide que se encuentren los hidrocarburos alifáticos en concentraciones excesivas. Una vez refinados, estos aceites se mandan a las empresas de alimentación, tanto para embotellar, como para bollería, salsas y otros productos.

El producto ha podido entrar en el país por carretera
El aviso partió de Francia, pero España ha tomado la medida más drástica
Cinco cisternas con aceite contaminado han sido retenidas en Francia
Sanidad afirma que incluso el menos refinado es tolerable para el ser humano
Los consumidores no se explican por qué hay alerta si el riesgo es bajo
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El director de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), José Ignacio Arranz, aseguró que el aceite para estos alimentos está muy refinado y, que, incluso con el menor refinamiento posible que se aplica a este producto, su toxicidad sería seis veces por debajo de lo que se considera tolerable para el ser humano.

Francia ha sido el país que ha alertado a toda Europa y España el que ha tomado la medida más drástica: paralizar la venta. El producto se ha distribuido al menos en Holanda, Italia, Francia, además de España. Sin embargo, para lanzar una alerta sanitaria que impida cautelarmente comerciar con un producto alimentario, como ha ocurrido en España, se necesita que haya un riesgo inminente y extraordinario para la salud. De no ser así, las empresas podrían exigir responsabilidades a la Administración por el hundimiento del consumo del producto afectado, algo similar a lo que pasó con el aceite de orujo, que no se ha vuelto a recuperar.

Un portavoz del Ministerio de Sanidad dijo ayer que "se ha informado a la población por precaución". Sin embargo, insisten en que no hay "riesgo agudo" para la salud del consumidor. "Se ha detectado una sustancia que no debe estar en el aceite y nuestro deber es informar de ello". También quisieron tranquilizar a la población diciendo que esto no tiene nada que ver con lo ocurrido con el aceite de colza.

Sanidad explicó ayer que se ha lanzado la alerta un día después de que Francia avisara del problema al resto de los países de la Unión Europea porque en España estas incidencias tienen que pasar por un protocolo que obliga a avisar primero a las comunidades autónomas.

Desde la AESAN explicaron que se han movido por Europa una cantidad indeterminada de cisternas de este aceite (o pasta de girasol). Francia ha interceptado cinco de ellas, con 25.000 kilos cada una, que han entrado en barco o en tren. Sanidad cree que en España el producto ha podido entrar por carretera, lo que dificulta su control. Ayer pidieron que se revise lo que ha entrado desde finales de febrero. El director de la AESAN acusó directamente a Francia de conocer este problema desde hace 15 días y no comunicarlo.

El director de la Asociación mayoritaria de refinadores y molturadores de aceites vegetales (AFOEX), Jorge de Saja, explicó ayer que sus empresas refinan estos aceites de girasol, de Ucrania y de otros países, y los mandan a la industria alimentaria, tanto para aceites como para otras empresas de alimentación. Parte va también para biodiésel. Un 34% del aceite que se consume en España es de girasol, según la Asociación Nacional de Industriales, Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles.

Las asociaciones de consumidores manifestaron ayer su indignación por la actitud de Sanidad. "La manera de comportarse es inaceptable. Todavía no entendemos por qué no ha salido una autoridad como el ministro explicando lo que sucede. Las asociaciones de consumidores no hemos recibido ninguna información explicando la alerta ni los efectos de la sustancia detectada para los consumidores", criticó Ruben Sánchez, de la asociación de consumidores Facua.

"No concuerda que el Gobierno diga que el producto no entraña riesgo grave para la salud y en cambio alerte contra él. Está lanzando un mensaje alarmista. Millones de consumidores toman habitualmente aceite de girasol. Aunque a partir de hoy no lo consuman más se preguntarán si pasa algo con todo el que se haya ingerido antes", dice Sánchez.

Fernando Moner de CECU está de acuerdo. "Los consumidores tienen los nervios a flor de piel. Nos preocupa que no esté controlada la cantidad de contaminación, las marcas, la distribución. También la falta de información", sostiene. "¿Qué sucede? ¿No hay control sobre lo que entra en este país?", sigue.

El director de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición afirmó que el Gobierno ha adoptado una medida "estrictamente cautelar". "Una medida que tiene toda la vocación de ser reversible. No existe un riesgo de toxicidad aguda, los niveles de concentración son muy bajos, pero lo que queremos, con esta medida de protección es la seguridad de la población, es cortar cualquier convivencia con una toxicidad crónica".

España es un importador neto de aceite de girasol, porque la producción no es mucha, unas 750.000 toneladas de pipa de girasol. La subida del kilo de pipa, que ha doblado su precio, ha llevado a las empresas a importar con más abundancia el producto más barato.

Borges, una de las empresas del sector quiso ayer desmarcarse de esta alerta y comunicó que ellos procesan sus propias pipas de girasol, tanto las de su cosecha como las importadas, pero que no comprar aceite.

El aceite de girasol sospechoso partió de un puerto de Ucrania, Ilyichevsk donde se cree que se mezclaba con el mineral antes de partir para Europa. Las autoridades sanitarias de La Unión han pedido al gobierno ucraniano toda la información sobre este asunto.

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Andalucía, Agustín Rodríguez se mostró de acuerdo con el mensaje de Sanidad minimizando los peligros para el consumidor: "El riesgo para la salud es mínimo, a no ser que se consuman altas cantidades". Sanidad se ha comprometido a publicar cuanto antes las marcas afectadas. Pero anoche todavía no se sabía con precisión cómo había entrado el aceite en España.

Con información de Maruxa Ruiz del Árbol, María R. Sahuquillo y Ginés Donaire

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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