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Análisis:ELECCIONES 2008 | Campaña electoral
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El todo y la parte

Enric Company

La confrontación cara a cara por televisión entre los aspirantes a la presidencia del Gobierno como la de hoy tiene en Cataluña la virtud, entre otras, de sacar el debate político-electoral del ensimismamiento en que lo recluyen sistemáticamente los partidos de ámbito catalán. Sólo dos de las cinco fuerzas políticas catalanas actualmente representadas en las Cortes forman parte de proyectos globales para España, las que sostienen las candidaturas de Rodríguez Zapatero y Rajoy. Sólo una tercera, ICV-EUiA, está también en disposición de hacerlo, es decir, de tener un proyecto para España, aunque su condición de tercera fuerza en gran parte de las circunscripciones sin acceso a escaño -tres de ellas en Cataluña- la deja casi fuera de juego. Es un caso muy parecido al de los liberal-demócratas en el Reino Unido, aunque ésta sea la única semejanza entre ambos.

En el contexto general español, las otras dos fuerzas políticas catalanas representan intereses regionales y se empeñan en acudir a las elecciones legislativas españolas con un lenguaje y unos objetivos meramente domésticos, por mucho que se llamen nacionalistas o independentistas, y no cesan de destacar constantemente que defienden intereses de una parte de lo que se legisla en las Cortes, lo que afecta a su nación. Respecto a lo demás, poco o nada tienen que decir, y cabe suponer que no por incapacidad, sino porque cae fuera de su foco de interés directo. No ocultan que lo que de sus posiciones pudiera resultar beneficioso para el conjunto o para otras partes de España sería si acaso un rebote de lo que quieren para ellos. Y por lo que respecta a los que sí quieren gobernar el todo, se limitan a ofrecerles su eventual apoyo a cambio de lo que se les dé para llevarse a casa. CiU tiene tan interiorizado este mecanismo que no hay forma de que sus dirigentes y candidatos renuncien estos días a hablar del precio de sus escaños, de sus votos en el Congreso y el Senado. La coalición fundada por Jordi Pujol renuncia de esta forma a lo que en realidad constituye su principal capital político, compartido con el PNV: la condición de derecha con un origen más genuinamente democrático de España, que tanto debería contrastar con la actual deriva lepenista de un PP anclado en los sectores sociales antaño constitutivos de lo que se definió como franquismo sociológico, aquella forma de nacionalismo sólo existente previo aplastamiento del pluralismo nacional peninsular. Esquerra ha optado por considerarse ajena a España y se limita a considerarla mero sujeto de reclamaciones históricas y económicas

Todo esto se puso particularmente de relieve en el debate en televisión para toda España protagonizado por representantes de las siete fuerzas con representación en las Cortes. Cuatro de estas fuerzas practicaron el regionalismo. Son muy importantes todas en sus respectivos ámbitos y tienen notable peso en el conjunto español si se suman sus votos y escaños. En aquel debate hubo momentos en que se convertía incluso en insultante el empeño de estos candidatos en hablar sólo para sus respectivos nichos electorales incluso ante una audiencia compuesta potencialmente por la totalidad del censo.

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