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Guerra asegura que quien no vota al PSOE lo hace al PP

Compara a Ibarretxe con un "sexador" de pollos

El presidente de la comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, respaldó ayer en un acto celebrado en Vitoria a los candidatos del PSE-EE en Álava a las elecciones del 9-M en un acto en el que acompañó a los cabezas de lista al Congreso, Ramón Jáuregui, y el Senado, Javier Rojo.

La visita del ex vicepresidente del Gobierno sucede a la que realizó el pasado 22 de enero la actual número dos del Ejecutivo socialista, María Teresa Fernández de la Vega, y precede al acto político de los socialistas en el que participará el día 9 en San Sebastián el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. Los socialistas vascos tienen previstas otras presencias de miembros relevantes del PSOE y del Gobierno en su campaña vasca para las elecciones generales, en las que aspiran a batir al PNV, al menos en Guipúzcoa y Álava. "Quienes no voten al PSOE votan indirectamente al PP", fue el mensaje de Guerra dirigido hacia el voto nacionalista.

Refiriéndose al proceso de ilegalización de EHAK y ANV, el ex vicepresidente respaldó que se haya iniciado ahora y no antes, por el riesgo que habría supuesto para el Gobierno "dar un paso en falso" sin las pruebas suficientes. Su diagnóstico fue que ETA, a la que tachó de "banda de gansters", se encuentra "entre la extinción y la muerte". "Hay que empujarla para que acabe liquidada y derrotada", sentenció.

El lehendakari Juan José Ibarretxe fue objeto de las críticas de Guerra porque tratar, a su juicio, de separar a los ciudadanos entre los que él considera vascos y no vascos y de dividirlos con sus iniciativas. Por ello le comparó con los "sexadores japoneses", "que cogen pollos y comprueban si son machos o hembras", y calificó de "locura" el rechazado plan Ibarretxe.

También descalificó al PP por su hostilidad hacia la política antiterrorista del Ejecutivo. En todo caso, afirmó, "el PP ha empezado la campaña con conciencia de perdedor" y con Alfredo Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre "disputándose los harapos de Rajoy".

Guerra atacó ácidamente a la jerarquía de la Iglesia por sus pronunciamientos y Ramón Jáuregui emplazó a los obispos vascos a desmarcarse de las críticas hechas al proceso de paz y a reconocer como "noble y legítimo" el intento del Gobierno.

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