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La polémica del eje Prado-Recoletos

Gallardón tiene una 'chuleta' para rebatir el túnel

Las obras subterráneas acabarían con los árboles, según un informe técnico

Alberto Ruiz-Gallardón no quiere construir un túnel bajo el paseo del Prado. Lo ha descartado. Pero la Comunidad de Madrid sí. Y se lo ha pedido varias veces, atendiendo a las necesidades "del tráfico en esa zona". Pero el alcalde ya tiene argumentos "científicos" para su negativa -además del de recordar que ya en su momento su predecesor, José María Álvarez del Manzano, desechó la idea por inviable.

Gallardón tiene en su poder un informe elaborado por un grupo de ingenieros de la Politécnica que surte de abundante argumentario frente a las sugerencias del Ejecutivo regional.

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"Un túnel a escasa profundidad trazado bajo el bulevar provocaría un daño en las raíces de anclaje con el consiguiente peligro de descalce y caída de los árboles". Esa poco halagüeña perspectiva para las plantas que jalonan el paseo del Prado es una de las conclusiones del trabajo. Un discurso que ayer utilizó el alcalde para rebatir la idea del túnel ante los medios, a pesar de que los 20.000 árboles afectados por los túneles de la M-30 no le impidieron seguir adelante con ese proyecto.

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También pidió, precisamente, que la gente cerrase los ojos y visualizase el paisaje de guerra por las obras de la M-30. Después, había que superponer esa imagen al paseo del Prado. Una visión dura. Gallardón también recordó que una infraestructura así exige un montón de construcciones auxiliares mientras dure la obra. Un panorama aterrador si se tiene en cuenta que se distribuiría entre Atocha y Cibeles.

Pero el estudio incluye más razones para desaconsejar la obra: "Un túnel a profundidad mayor de 20 metros induciría un cambio en la zona que afectaría al arbolado directamente situado sobre la planta del túnel y al de las zonas adyacentes, produciendo el encharcamiento y la pudrición". Y sigue: "La construcción de las rampas de entrada al túnel, que serían mayores cuanto mayor sea la profundidad a la que se realice la obra, así como la construcción de los respiraderos, tendrán como consecuencia la tala de gran número de árboles y el daño a los sistemas radicales por la realización de zanjas en superficie".

Además, el escrito avisa de que "se desconoce a la profundidad que el eje Prado-Recoletos puede alcanzar las raíces de los grandes árboles existentes. Teniendo en cuenta que se trata de especies de crecimiento rápido y consecuentemente de grandes necesidades de agua, no se descarta que en muchos ejemplares las raíces bajen a profundidades relativamente elevadas, superiores a dos o tres metros".

La conclusión final recuerda el peligro de que "el hundimiento de la bóveda del túnel puede ser fatal para el arbolado, como así ocurrió en la construcción del pasillo ferroviario por debajo del Campo del Moro, donde cedros de más de 30 metros de altura fueron tragados al fallar la construcción de los túneles".

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