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Reportaje:

Alta diplomacia a golpe de pentagrama

Corea del Norte invita a la Filarmónica de Nueva York a actuar en Pyongyang en un gesto para suavizar tensiones con EE UU

Corea del Norte, la tercera pata del "eje del mal" del que habló el presidente estadounidense George W. Bush tras los atentados del 11-S (junto a Irán e Irak), parece dispuesta a dejar de ser tan mala como la pintan los protagonistas de la política internacional.

Corea del Norte, la tercera pata del "eje del mal" del que habló el presidente estadounidense George W. Bush tras los atentados del 11-S (junto a Irán e Irak), parece dispuesta a dejar de ser tan mala como la pintan los protagonistas de la política internacional. Tras aceptar el desmantelamiento de varios reactores nucleares el pasado verano, Corea del Norte ha optado por suavizar las tensiones con Estados Unidos abriendo una puerta, la de la música, tan aparentemente inofensiva como poderosamente simbólica. La Orquesta Filarmónica de Nueva York, la más antigua de Estados Unidos, actuará el 28 de febrero en Pyongyang frente a 1.500 personas en lo que constituye el primer acercamiento cultural entre dos países cuyo enfrentamiento por la posesión de armas nucleares de los norcoreanos se verá así suavizado por la batuta de Lorin Maazel, el director de la agrupación. Y como es tradición en el ámbito de la música clásica, la orquesta tocará, aunque sea en tierra enemiga, el himno estadounidense y el himno norcoreano. Además el repertorio incluirá Un americano en París, de Gershwin, y La sinfonía del Nuevo Mundo, de Dvorák.

La noticia fue confirmada ayer en una rueda de prensa en Nueva York en la que Zarin Mehta, presidente y director ejecutivo de la Filarmónica, dio una lección magistral de diplomacia musical. "Este concierto es una manifestación del poder de la música para unir a los pueblos. Pero nuestra decisión es musical, no política. Nosotros vamos a hacer música, lo que ocurra después de nuestra visita está en manos de los Gobiernos, no en las nuestras", declaró Mehta.

Es la primera vez que el régimen dictatorial del general Kim Jong-il, aislado del resto del mundo desde hace cinco décadas, extiende una invitación formal hacia una institución estadounidense, pero igualmente significativo es que el Departamento de Estado haya bendecido la visita. "La invitación llegó en agosto y la tratamos con precaución y reservas hasta que este organismo nos animó a aceptarla", explicó Mehta.

Un día antes Lorin Maazel, cuya orquesta rompió antes otras fronteras políticas -actuó en la Unión Soviética en plena guerra fría y en Berlín poco antes de la caída del muro- declaraba en un comunicado: "Siempre he sentido que la música es un lenguaje poderoso en el que todos los que somos humanos e inteligentes podemos hablar y desafiar las fronteras políticas y culturales".

La música se ha convertido así en una pieza más dentro de la delicada relación entre Estados Unidos y Corea del Norte, un país que ayer estuvo representado por el embajador norcoreano ante la ONU Pak Gil Yon, quien evitó contestar al 90% de las preguntas y respondió a todos los periodistas con la frase oficial: "El ministro de Cultura invitó a la orquesta con la esperanza de promover el entendimiento y las relaciones culturales entre ambos países". Aún queda mucho camino por andar.

Lorin Maazel, director titular de la Filarmónica de Nueva York, el año pasado en Valencia.
Lorin Maazel, director titular de la Filarmónica de Nueva York, el año pasado en Valencia.carles francesc
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