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Reportaje:

El ejercicio reduce hasta el 40% el riesgo cardiovascular en mujeres

El beneficio se debe más al efecto antiinflamatorio que a la pérdida de peso

El hecho de que el ejercicio físico es bueno para el corazón no es ninguna novedad. Lo que no se conocía hasta ahora era el mecanismo por el que la actividad física reduce el riesgo cardiovascular de una persona. Un grupo de investigadores de EE UU ha observado cómo el ejercicio puede llegar a reducir hasta el 40% el riesgo cardiovascular de las mujeres, principalmente gracias a su efecto antiinflamatorio. Esto implica que los beneficios del ejercicio físico van mucho más allá del hecho de perder peso.

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"Hace mucho tiempo que sabemos que la actividad física reduce el riesgo cardiovascular, pero era como una especie de caja negra, ya que desconocíamos cómo el ejercicio previene estas enfermedades exactamente", explica por teléfono Samia Mora, cardióloga del hospital Brigham and Women's de Boston (EE UU) y directora de la investigación. "Podemos decir que éste es el primer estudio que ha intentado explicar los beneficios que aporta el ejercicio a largo plazo y cómo éste actúa sobre los factores de riesgo específicos", añade.

Lo que más sorprendió a Mora y a sus colegas fue que el efecto del ejercicio sobre el peso resultó no ser tan relevante comparado con el efecto que éste tuvo sobre otros factores, como la inflamación y marcadores hemostáticos (proteína C reactiva, fibrinógeno y molécula de adhesión intercelular 1, entre ellos). En los últimos años los procesos inflamatorios han ganado protagonismo y se han erigido como uno de los grandes causantes de los episodios cardiovasculares. La aterosclerosis, el depósito de sustancias grasas en las paredes de las arterias, es un proceso inflamatorio.

"La inflamación y los marcadores hemostáticos representaron una tercera parte de la reducción del riesgo, seguida por la presión sanguínea, que representó una cuarta parte de dicha reducción", señala Mora. Los siguientes contribuyentes, por orden de importancia, fueron los lípidos, el índice de masa corporal y las anormalidades de los niveles de glucosa.

Estos hallazgos, según Mora, deberían animar a aquellas personas que a pesar de hacer ejercicio físico no logran perder peso. "Estas personas deberían seguir haciendo deporte, ya que los beneficios van mucho más allá del hecho de perder algunos kilos", incide la cardióloga, aunque recuerda que el perder peso en sí reduce significativamente el riesgo cardiovascular.

El estudio, publicado en noviembre en la revista Circulation, concluye que con sólo dos horas de ejercicio a la semana las mujeres pueden reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares hasta en un 20%. Si hacen cinco horas de ejercicio semanales, el riesgo disminuye un 40%.

La investigación se realizó sólo con mujeres, ya que hizo un seguimiento de las participantes del conocido Women's Health Study estadounidense, un amplio estudio que se inició en la década de 1980 para investigar cuál era el impacto que tenía la aspirina y la vitamina E en la aparición de cánceres y enfermedades cardiovasculares en las mujeres. El equipo de Mora siguió durante 10 años a 27.000 mujeres de entre 45 y 90 años, con una media de 55.

"Aunque sólo incluye a mujeres, creemos que sus resultados también se pueden aplicar a los hombres", dice Mora, aunque recalca que esto tendrá que confirmarse en posteriores investigaciones. "Será interesante ver qué ocurre con los hombres, ya que éstos suelen realizar deportes de más impacto", añade. Asimismo, hay que recordar que no todo el tipo de ejercicio es beneficioso para el corazón. Estudios anteriores han demostrado cómo los episodios de ejercicio demasiado brusco e intenso tienen el efecto contrario y puede provocar una inflamación transitoria que puede llegar a causar heridas musculares.

El mensaje que se deriva de esta investigación es claro y aporta más motivos para alentar a la población en general a abandonar los estilos de vida sedentarios y empezar a hacer ejercicio. Lo más importante, según la cardióloga estadounidense, es conseguir incorporar el ejercicio a nuestra rutina diaria, y para conseguirlo hay que ser realista: "Lo mejor es empezar eligiendo una actividad que nos guste y que podamos hacer con regularidad, ya sea caminar a paso rápido, bailar o ir al gimnasio", añade Samia Mora.

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