Entrevista:MIGUEL ÁNGEL BURGOS | Ex empleado de Delphi

"Aquí hay voluntad de trabajar"

Miguel Ángel Burgos, de 41 años, lleva una semana recordando viejos tiempos. Se levanta de madrugada, se prepara el bocadillo para el mediodía, guarda en una mochila el libro y los bolígrafos y se va a clase. Es uno de los más de 1.800 ex trabajadores de Delphi que el pasado 16 de noviembre comenzó los cursos de formación para facilitar su recolocación. Han comenzado con el módulo de idiomas. "El inglés lo tenía algo olvidado. Es como empezar otra vez", confiesa.

Miguel Ángel Burgos empezó a trabajar en Delphi hace 20 años en el departamento de producción. Se enteró del cierre de la pla...

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Miguel Ángel Burgos, de 41 años, lleva una semana recordando viejos tiempos. Se levanta de madrugada, se prepara el bocadillo para el mediodía, guarda en una mochila el libro y los bolígrafos y se va a clase. Es uno de los más de 1.800 ex trabajadores de Delphi que el pasado 16 de noviembre comenzó los cursos de formación para facilitar su recolocación. Han comenzado con el módulo de idiomas. "El inglés lo tenía algo olvidado. Es como empezar otra vez", confiesa.

Miguel Ángel Burgos empezó a trabajar en Delphi hace 20 años en el departamento de producción. Se enteró del cierre de la planta de Puerto Real justo dos semanas después de que su esposa se quedara parada. "Fue un palo muy grande. Lo pasamos muy mal". Reconoce que su carácter, de natural optimista, le ha servido para salir adelante. Y por eso está recibiendo las nuevas lecciones de inglés con alegría. "Son clases muy amenas. Los monitores saben cómo entretener durante cinco horas", explica Burgos.

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El nivel de inglés es básico. "Algunos, los más veteranos, no tienen ni idea. Y les está costando. Pero están poniendo muchas ganas", detalla. Después vendrán lecciones sobre medioambiente, riesgos laborales, calidad, competencias laborales o nuevas tecnologías. "Hay quien comenta que esto no sirve para nada. Que lo que hay que hacer es volver a soldar. Yo no sé si esto nos irá bien. Pero estoy seguro de que mal no nos viene", relata. Como el resto de empleados confía en que la segunda fase de formación, a partir de febrero, incida en nociones más concretas y más cercanas al sector del metal. "Podremos saber los nombres de las piezas en inglés y cómo interpretarlas en un plano", pone como ejemplo.

En los descansos, los particulares recreos de los ex empleados de Delphi, los corrillos suelen recordar las anécdotas de factoría, las vivencias tras las máquinas. Tiempo de espera hasta que lleguen nuevas empresas que puedan admitirles. "Aquí hay voluntad de trabajar", sostiene con rotundidad. Para eso ha vuelto a clase.

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