CLAUDI PÉREZ | Madrid
La inflación confirmó ayer la percepción de que el coste de la vida no deja de subir y el sueldo da cada vez para menos. Especialmente donde más aprieta: el encarecimiento de los carburantes y, sobre todo, de los alimentos elevó la inflación hasta el 3,6% anual en octubre, la cifra más alta desde agosto del año pasado.
La recuperación de la economía de Alemania y Francia durante el verano ha permitido restablecer el ritmo de crecimiento en la Unión Europea. Durante el tercer trimestre de este año, la Unión Europea y la zona euro crecieron el 0,8% y 0,7%, respectivamente, respecto al trimestre anterior, según la estimación preliminar anticipada ayer por Eurostat, la oficina estadística comunitaria.
Pedro Solbes tiró ayer por la calle de en medio al opinar sobre la propuesta de la Comisión Nacional de Energía (CNE) de subir la luz a los hogares entre un 20% y un 30% el año que viene. "Lo que es bueno para el hígado no es bueno para el bazo", dijo el vicepresidente económico.
El diagnóstico del últimamente maltratado sector inmobiliario quedó ayer un poco mejor perfilado. A los resultados que Fadesa y Metrovacesa presentaron el pasado martes se han unido los de Colonial y Sacyr Vallehermoso. Y la conclusión es que, por ahora, el sector está herido, pero no de muerte.
Los 1,7 millones de accionistas de Telefónica están de fiesta. La compañía de la que son dueños les trata mejor nunca. Este año se ha gastado 4.900 millones de euros en tenerlos contentos a través de una política basada en combinar el reparto de dividendo con la recompra de acciones propias.