Brown responde al reto 'tory' apropiándose de su plan fiscal
El Gobierno laborista británico rebajará el impuesto de sucesiones
Gordon Brown utilizó ayer la línea más recta posible para contrarrestar las recientes propuestas fiscales tories: copiarlas. A su manera, claro. El Gobierno laborista anunció ayer una propuesta para reducir el impuesto de sucesiones, aunque sin alcanzar el montante ofrecido por los conservadores hace una semana y con el que lograron tal auge en los sondeos que Brown tuvo que dar marcha atrás en sus planes de anticipar las elecciones.
Los tories no sólo han logrado evitar unas elecciones que hace dos semanas parecían tener perdidas y han erosionado de manera brutal la credibilidad de Brown. También han conseguido llevar el debate político al terreno de las rebajas fiscales, en el que siempre se sienten más a gusto que los laboristas.
En las legislativas de hace dos años, los tories evitaron cualquier alusión a rebajas fiscales para no ser acusados de pretender reducir el gasto público, pecado capital entonces, porque los laboristas habían impuesto el credo de que la máxima prioridad nacional era destinar colosales sumas de dinero a escuelas y hospitales. Escaldados después de tres derrotas electorales consecutivas, el nuevo líder tory, David Cameron, se comprometió a destinar a los servicios públicos tantos recursos como los laboristas. Un compromiso exactamente contrario al que aceptaron los laboristas para llegar al poder en 1997: no sobrepasar los escenarios de gasto público de los conservadores para demostrar que podían manejar la economía.
Todo eso está empezando a saltar por los aires porque cunde la sensación de que el problema de los servicios públicos quizá no sea tanto la necesidad de recursos como la gestión y que gran parte del dinero público se ha invertido de forma ineficaz.
Ese cambio ha permitido a los tories sondear estos días el retorno al territorio en el que su electorado se siente más cómodo: la rebaja de impuestos. La semana pasada lograron cuadrar el círculo: una propuesta de elevar a un millón de libras (1,35 millones de euros) el mínimo exento en el impuesto de sociedades, una rebaja que aseguran que sería neutra para Hacienda al imponer un impuesto lineal de 25.000 libras a los extranjeros que viven en Reino Unido pero pagan impuestos en el extranjero. La propuesta caló entre las familias de clase media del sureste de Inglaterra, el gran granero de votos tories que en las tres últimas elecciones les dieron la espalda.
La respuesta laborista la presentó ayer el titular del Tesoro, Alistair Darling: una propuesta para elevar ese mínimo exento en Sucesiones hasta 600.000 libras para los matrimonios, parejas de hecho y viudos y viudas, que subiría a 700.000 en 2010. La oferta tiene truco: las parejas ya pueden hoy sumar las 300.000 libras que cada cónyuge tiene exentas del pago de sucesiones, pero sólo lo hacen quienes disponen de buenos contables. Según Darling, su propuesta afectaría al 97% de las viviendas del país y costaría 2.700 millones de euros menos que la de los tories, un dinero que se destinaría a hacer más escuelas y hospitales.
