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Jaime Alonso | Afectado por el aeropuerto de Barajas | La contaminación acústica

"Son como moscas pero con motor"

Jesús Sérvulo González

Por el aeropuerto de Barajas aterrizan y despegan una media de 1.000 aviones diarios. La actividad que genera es frenética. Y además, muy molesta. Cada avión que llega o parte del aeródromo madrileño produce un zumbido estremecedor. "Hay algunos aviones que se desvían y pasan por encima de Tres Cantos -a 30 kilómetros al noroeste de Madrid-, entonces es terrible. Por la noche es aún peor", cuenta Jaime Alonso, vecino del municipio tricantino. Es una de las más de 40.000 personas afectadas por la actividad de Barajas. AENA, el organismo que gestiona los aeropuertos nacionales, presentó el pasado 30 de junio el Mapa del Ruido del aeropuerto madrileño. Lo que hizo fue cumplir con el trámite administrativo para presentarlo a tiempo porque los datos utilizados para su elaboración son de 2004, antes de que entrara en funcionamiento la nueva terminal T-4 y sus dos nuevas pistas.

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Aún así, según ese mapa, la actividad de Barajas afecta a 16 municipios de la Comunidad de Madrid, el 88% de los vecinos de estas localidades soporta más de 60 decibelios. El umbral máximo recomendado por la Organización Mundial del Sonido (OMS) es de 65 decibelios.

Este Mapa del Ruido ha levantado a los vecinos en pie de guerra porque rebaja el impacto acústico del aeropuerto. Según cifras de la Asociación contra el ruido de Tres Cantos, unas 500.000 personas de 34 municipios padecen el estruendo de los aviones que sobrevuelan el cielo de Madrid. "Son tan molestos como las moscas pero con motores que los hacen insoportables", dice Alonso.

En San Fernando de Henares y Coslada los vecinos ya se han acostumbrado al paisaje de los aviones sobre los edificios. Cada cuatro minutos uno de éstos surca el cielo y un zumbido lo delata. Pasan tan bajos que se puede leer las matrículas de las aeronaves. Por eso, AENA ha trasladado a un barrio entero de San Fernando a unas 250 personas para alejarlas del zumbido de los aparatos que pasan por Barajas.

Ahora el ente público prepara la Huella Sonora, un documento que definirá exhaustivamente las zonas afectadas por el ruido de los aviones y propondrá soluciones para reducirlo.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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