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Reportaje:Emprendedores

Aulas en ascenso

CEJ planea convertirse en la primera universidad privada de Andalucía

En pleno casco histórico de Granada, a dos pasos del Ayuntamiento, un edificio, de moderno y funcional diseño, extiende sus entrañas por debajo del nivel de la calle. Es la sede del Centro de Estudios Jurídicos Granada (CEJ Granada), un centro de estudios para alumnos de posgrado nacido de la mente de Francisco Martínez. Referencia entre los centros españoles de similares características (no hay más que ver los muchos acentos lingüísticos que recorren los pasillos de las instalaciones), sus gestores tienen en mente crecer hasta convertir las aulas en la primera universidad privada de Andalucía oriental.

Director de la institución hasta 1997, este granadino emprendedor era un abogado que trabajaba para la municipalidad de la ciudad y que se ganaba la vida dando clases -"un centro de Jaén me solicita para que vaya a dar clases allí. Me sirve para ver cómo funciona, en la práctica, el sueño que yo ya tenía en mente... y que se hizo realidad tres años después: este centro de estudios jurídicos".

En el CEJ trabajan 242 personas y el número de alumnos que recibe clase se ha disparado a unos 4.700 desde el año 2000
Ya está perfilado el menú que ofrecerán en la futura universidad: la mayoría, licenciaturas científicas, pero sin olvidarse de las letras

En busca de financiación

En aquellos tiempos podía Martínez compatibilizar enseñanza y práctica jurídica... pero la apertura de CEJ Granada acaba con esa posibilidad y tiene que optar. "Le pasé los temas del temario del Ayuntamiento a una alumna y me centré en el desarrollo del centro". Unos 60.000 euros de inversión inicial permitieron poner en pie la escuela. "Hubo que pedir préstamos. Yo no tenía ese dinero".

Desde 1997 hasta 1999, transcurren dos años de selección de profesorado y desarrollo de las materias que se quieren impartir. "Contacto con diversos profesionales y, todos juntos, elaboramos los primeros contenidos que impartimos: programas de asesorías de empresa, recursos humanos y gestión del medioambiente". Desde aquel momento, el personal, tanto docente como administrativo, no para de aumentar. "Actualmente trabajan aquí 242"; el número de alumnos que reciben clases se dispara, "unos 4.700 desde el año 2000".

Al comienzo de la historia, cuando Martínez empieza a trabajar en lo que había de ser el CEJ, la idea de poder atraer a alumnos de fuera de Granada -"y que no tuvieran que desplazarse hasta aquí"- estuvo siempre en mente. El primer paso fue establecer centros itinerantes en diversas ciudades de Andalucía. "Al decidirnos por una política de expansión controlada nos pusimos en contacto con centros similares al nuestro, seleccionamos los mejores profesionales de cada provincia...".

Después vino internet y estas colaboraciones intercentros pudieron ser sustituidas por las clases a través de la red. "Tan sólo mantenemos colaboraciones con Málaga y Algeciras, así como con la refinería de Cepsa en el campo de Gibraltar, donde impartimos cursos de formación de técnico superior de riesgos laborales".

Y en el año 2002 comienzan las primeras experiencias en enseñanza virtual. "Queríamos algo distinto que el simple envío de un PDF o de un simple correo electrónico". El centro adquirió la plataforma y el sistema, pero los resultados no fueron los esperados, "era algo muy frío, poco personal. Aquello fue un dinero gastado y perdido... pero no podíamos seguir adelante con algo en lo que no creíamos. Queríamos, y necesitábamos, un sistema que hiciera sentir al alumno como si estuviera en clase".

Las 'ciberclases'

A pesar de aquel tropezón inicial, se mantuvo la apuesta por la red. "Contratamos a cuatro ingenieros informáticos que trabajaron con Linux. Este sistema, de código abierto, permitía adaptar el programa a nuestras necesidades". Al final, y en el aspecto técnico se consiguió lo buscado. El modo de funcionamiento de las ciberclases es tan efectivo como sencillo. "Los profesores graban su clase; a lo largo de toda la semana, atienden a los alumnos a través de foros y chats; y el lunes y martes, también en el chat, resuelven las dudas que los alumnos les han enviado durante el fin de semana".

Asentadas las actividades del CEJ, la mente de Francisco Martínez sigue desarrollando planes de futuro. "Estamos tramitando crear una universidad privada. Nos da lo mismo tardar un año que cinco... pero estamos decididos". Por estar decidido, ya está hasta perfilando el menú de carreras que se ofrecerán. "La mayoría serán licenciaturas científicas... aunque sin olvidarnos de las letras". Y no podía ser menos, siendo como es Martínez licenciado en leyes.

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