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Un fallo informático genera protestas y largas colas en la Ciudad de las Artes

El complejo museístico de Valencia tuvo en 2006 más ingresos pero menos visitantes

La casualidad quiso ayer que, mientras el vicepresidente económico del Consell, Gerardo Camps, alardeaba del aumento de ingresos y de la positiva repercusión económica de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, los pasillos del museo Príncipe Felipe, donde el consejero compareció en conferencia de prensa, registraran kilométricas colas en las taquillas, a causa de un fallo del sistema informático. Centenares de turistas esperaron durante horas y mostraron su enfado por la falta de información y de respuesta por parte del personal del centro museístico. Finalmente, ante las protestas de los visitantes, la dirección se vio obligada a abrir los tornos para dejar entrar a la gente.

"Ponedlo bien claro, esto es una vergüenza, llevamos hora y media en la cola"

Gerardo Camps, flanqueado por el director del centro museístico, Jorge Vela, y por el nuevo director general de Grandes Proyectos de la Generalitat, José Luis Villanueva, compareció en conferencia de prensa en una de las salas multiusos del museo Príncipe Felipe para hacer el típico balance anual del funcionamiento del complejo en el ejercicio de 2006: aumento de ingresos -3,46 millones de euros más que el año anterior, hasta alcanzar los 32,58 millones- a pesar de la reducción del número de visitantes -4.030.848 visitantes en 2006, 446.983 menos que en 2005-. Camps explicó que el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), estima que el impacto indirecto de los visitantes y de los asistentes a actos y eventos celebrados en la Ciudad de las Artes y las Ciencias fue de 160,9 millones de euros, una cifra "muy superior a la de 2005".

Lo que no terminó de explicar Camps, y tardó en aclarar al ser preguntado al respecto por este periódico, es el gasto que el complejo supuso para todos los valencianos en 2006: se limitó a informar, tras consultar largamente con el director del complejo, Jorge Vela, de que el personal costó 8,4 millones de euros y el mantenimiento, 585 millones. La realidad es que el grupo Ciudad de las Artes y las Ciencias registró en 2006 unas pérdidas de 53 millones de euros. "Proyectos de este tipo no tienen por qué tener una rentabilidad económica inmediata", dijo Camps.

Mientras el vicepresidente ofrecía estas explicaciones, el pasillo del museo Príncipe Felipe hervía: centenares de aspirantes a visitar las instalaciones formaban enormes colas en el larguísimo pasillo del edificio diseñado por Santiago Calatrava. Al salir de la conferencia de prensa, y preguntados al respecto, los responsables del museo indicaron que se trataba de algo "normal" en un día de agosto. Y al comentarles que algunos de los que hacían cola habían protestado porque llevaban hora y media de plantón, se limitaron a señalar que sí, que, efectivamente, se había registrado "un problema en el sistema de tiqueting" de l'Oceanográfic.

Pero cuando, en su salida, Camps y su equipo atravesaban el pasillo del museo Príncipe Felipe, uno de los centenares de ciudadanos que guardaban la cola -sin duda valenciano, porque reconoció a Gerardo Camps- gritó: "Conseller, las pantallas no funcionan, llevamos aquí desde las once". Eran casi las 13.00 y el problema, evidentemente, no se limitaba a l'Oceanogràfic, como sostenían los responsables del complejo, sino que afectaba de lleno al museo, donde la indignación del público era evidente. Los políticos abandonaron el lugar a toda prisa.

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"Esto es una vergüenza, y lo peor es que no te informan", protestaba Nicolás Gamboa, quien, junto a su esposa, aspiraba a visitar el museo en las escasas horas de que disponían en su estancia en Valencia, procedentes de Bogotá. María Victoria y David, dos jóvenes de Puerto Lumbreras (Murcia) se lamentaban igualmente: "Llevamos aquí desde las 11 de la mañana y no nos han dicho nada". Jesús, un gallego también de vacaciones en Valencia, salió en busca de los periodistas cuando ya abandonaban el recinto después de que un guarda jurado les preguntara si tenían permiso para "hacer encuestas" y si tenían autorización para "utilizar la imagen de CAC", en referencia a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. "Ponedlo bien claro, esto es una vergüenza, llevamos hora y media en la cola y lo único que dicen es que tienen un problema informático", decía visiblemente indignado. "Y encima no puedes pagar con tarjeta [de crédito]".

Fuentes de CACSA informaron posteriormente de que el caos fue provocado por un problema con "el gestor de la base de datos" del sistema informático de control de accesos al complejo. En l'Oceanogràfic, donde la afluencia de público era menor ayer por la mañana, la avería no causó mayores problemas porque las taquillas manuales se bastaron para dar entrada a los visitantes. No así en el museo, donde se permitió el acceso a quienes acreditaban que tenían reservadas entradas. Pero, ante la magnitud de las colas, finalmente, se abrieron los tornos y la gente entró gratis.

Centenares de personas hacían cola ayer ante las taquillas del museo Príncipe Felipe, colapsadas a causa de una avería.
Centenares de personas hacían cola ayer ante las taquillas del museo Príncipe Felipe, colapsadas a causa de una avería.CARLES FRANCESC

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