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Servicios públicos en precario | Un año de averías, huelgas y atascos

Renfe promete que Cercanías mejorará en septiembre en Barcelona

Renfe mandó ayer un mensaje de esperanza a los usuarios del servicio de Cercanías de Barcelona: la situación mejorará a partir del 15 de septiembre, con la puesta en marcha en la estación de Sants de las ocho vías de ancho ibérico que prestarán servicio de corta y media distancia. Lo anunció ayer en Barcelona el director del servicio de Cercanías Javier Pérez Sanz. Hasta el momento, dos de estas vías están en obras, con los problemas de circulación que ello genera. Esta fecha supone un mes de adelanto con respecto a lo anunciado el pasado sábado por el director de Cercanías de Barcelona, Miguel Ángel Remacha.

Javier Pérez acudió a Barcelona, junto al director general de explotación de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), Manuel Benegas. Ambos pidieron "disculpas y comprensión" por los problemas en la red.

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Pérez Sanz resaltó que, antes del comienzo de las obras, había 13 vías de ancho nacional, adaptadas para este tipo de trenes. Hoy, seis están cortadas al tráfico. "Por ello, no estamos en la mejor situación para dar un servicio de calidad", afirmó. A partir del citado día 15, sin embargo, las ocho vías de ancho ibérico estarán operativas, y sólo seguirán en obras las seis -de ancho europeo- destinadas al AVE. El 21 de diciembre, todo habrá terminado: el AVE y, teóricamente, la normalidad, llegarán a Barcelona.

No todo fueron sonrisas: los representantes de Renfe y Adif reconocieron que la "extrema complejidad" de los trabajos de adaptación de las vías ferroviarias para la llegada del AVE provoca dificultades para prestar correctamente el servicio de cercanías. Así, no descartan que puedan producirse nuevos incidentes

No hay caos

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Sin embargo, Pérez y Benegas señalaron que la sensación general de caos en la red ferroviaria que tiene la población no está justificada. Este año, afirmaron, no se han regi

strado más incidencias que el pasado. "Lo que ocurre es que el tiempo de respuesta a estos problemas es más lento, debido a las restricciones impuestas por las obras", explicó Benegas. Por esta razón, cualquier problema en un tren afecta al resto de la red mucho más significativamente que en una situación normal. Esto pudo observarse el pasado viernes, cuando una avería en un tren con 600 pasajeros obligó a suspender todo el tráfico de la estación durante una hora.

Pérez y Benegas defendieron la gestión del incidente realizada por el servicio de control de tráfico, que mantuvo dos horas encerrados en un tren a los pasajeros. "La prioridad era garantizar la seguridad de los viajeros, y era peligroso dejarles salir porque el tren se había detenido en una zona muy desnivelada", dijeron. "Hacemos lo posible por evitar las incidencias, pero a veces tenemos poco éxito", resumió Benegas.

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