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Reportaje:

El galimatías de McLaren

Alonso se cuestiona su futuro en la escudería mientras Hamilton amenaza a su jefe y Dennis anuncia medidas internas

La situación interna en McLaren Mercedes es crítica. Y parece una incongruencia porque esta escudería copa las dos primeras posiciones en el Campeonato del Mundo de fórmula 1 de pilotos y ostenta también el liderato en el de constructores. Sin embargo, el enfrentamiento entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso estalló en el Gran Premio de Hungría con tal virulencia que ni siquiera Ron Dennis, el patrón, parece ser capaz de apagar las llamas. Su equipo se ha convertido en un galimatías. Y la continuidad del español comienza a cuestionarse con insistencia.

"Pude ser más agresivo en el manejo de la situación, pero no es mi estilo", puntualiza el patrón
Dennis espera que los pilotos cumplan sus contratos y avisa: "Quien quiera hacer algo diferente tendrá que elegir"
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La situación interna en McLaren Mercedes es crítica. Y parece una incongruencia porque esta escudería copa las dos primeras posiciones en el Campeonato del Mundo de fórmula 1 de pilotos y ostenta también el liderato en el de constructores. Sin embargo, el enfrentamiento entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso estalló en el Gran Premio de Hungría con tal virulencia que ni siquiera Ron Dennis, el patrón, parece ser capaz de apagar las llamas. Su equipo se ha convertido en un galimatías. Y la continuidad del español comienza a cuestionarse con insistencia.

Metida aún en el lío del espionaje a Ferrari, McLaren afronta ahora la batalla entre sus dos pilotos, que incluso amenaza su estabilidad deportiva. En Hungaroring, Hamilton se saltó las órdenes de sus ingenieros y del propio Dennis y explotó cuando Alonso le impidió después, permaneciendo parado 30 segundos en su último cambio de ruedas, realizar su último intento de vuelta rápida en la cronometrada del sábado. La discusión que Hamilton mantuvo por radio con Dennis, el hombre que le viene ayudando desde los 13 años y que le ofreció esta temporada un volante en la F-1, fue durísima. No sólo le dijo "no vuelvas a joderme así nunca más", como informó este diario el domingo, sino que agregó: "Porque, si no, me iré del equipo". Dennis le contestó: "Y tú no me hables así nunca más". Luego, Hamilton le mandó a "tomar por culo" y cerró la radio.

Fue un diálogo intolerable para Dennis, preocupado por mantener una imagen impoluta y guardar las formas. El perjuicio que Hamilton causó al equipo fue terrible y absoluto el desengaño que causó en el hombre que se lo ha dado todo. Pero, con la intervención de los comisarios deportivos, provocada por su padre, Hamilton pudo salir desde la pole position y Alonso quedó relegado a la sexta plaza. McLaren perdió los puntos.

Hamilton se quedó solo. Antes de la carrera, confesó que había llegado al motorhome de McLaren desorientado porque notó mucha hostilidad. Nadie le hablaba. Pero eso no le impidió después salir a la pista y ganar la carrera de forma impecable, demostrando una fortaleza psicológica brutal. Y exhibió su cinismo al referirse a Alonso: "Desde el sábado, no me habla. No sé si le pasa algo".

A Alonso le pasaba todo. Se sentía maltratado de nuevo, aunque, por primera vez, encontró el apoyo de un equipo que siempre le ha sido hostil. "No creo que nada cambie", dijo, sin embargo; "él tendrá una relación más difícil, pero yo seguiré teniendo la misma [que antes]. Y en Turquía todo continuará igual". Después, Alonso abrió la puerta a las especulaciones al responder con un sugerente "no lo sé" a la pregunta de si seguiría el año que viene en McLaren.

La no continuidad de Alonso en McLaren es un tema cíclico. Pero ahora tiene más visos de certeza porque, según la agencia Reuters, algunos dirigentes de la propia escudería creen que no seguirá. Incluso un alto cargo de otro equipo declaró a la misma agencia: "Una cosa es segura, Alonso no estará en McLaren en 2008".

En Hungaroring, las visitas de Luis García Abad, el representante de Alonso, y José Luis, su padre, a Flavio Briatore en Renault e incluso la de Mario Theisen, director de BMW, fueron interpretadas como un acercamiento para buscar fisuras al contrato de Alonso que permitan romperlo. No obstante, esas situaciones son habituales en el paddock.

Dennis salió al paso de estos comentarios afirmando que espera que sus pilotos cumplan sus contratos [el de Alonso concluye en 2009] y advirtiendo: "Quien quiera hacer algo diferente tendrá que elegir". Asimismo, anunció medidas de régimen interno en el equipo antes del Gran Premio de Turquía. "No es adecuado tener iniciativas individuales al margen del equipo", puntualizó sobre la actitud de Hamilton. "Pude ser más agresivo en el manejo de la situación, pero no es mi estilo. Veo que hay que rebajar la tensión y resolver los problemas antes de la próxima carrera", comentó; "seguimos trabajando como equipo, con unos valores específicos. Si alguien no quiere respetarlos, ya sabe lo que debe hacer. Bajo ningún concepto beneficiaremos a uno u otro piloto. Queremos una lucha limpia entre ellos".

Si hay una evidencia es que Alonso no está a gusto en McLaren. Su entorno, tampoco. Todos quieren marcharse. ¿Pero adónde? Y no a cualquier precio. Es bicampeón mundial y necesita un coche competitivo. No puede irse a Ferrari porque Jean Todt, el director, le cierra la puerta. BMW le ficharía, ¿pero tendrá en 2008 un coche ganador? Y regresar a Renault podría parecer un paso atrás, pero sería tal vez su mejor opción: Briatore le quiere y todo el equipo cree que, con él, volverían a ganar.

Sin embargo, quedan seis carreras y las cosas pueden cambiar. Dennis ha descubierto que Hamilton se ha convertido en un monstruo -por su calidad deportiva y su personalidad explosiva- capaz de socavar los cimientos fundamentales que sostienen su existencia. Puede perdonarle, pero los hechos de Hungaroring no los olvidará. Tal vez, a pesar de la presión de la prensa británica, su apuesta haya cambiado y Alonso vuelva a sentirse cómodo en McLaren. A lo mejor, no necesita marcharse.

Lewis Hamilton, junto a su padre antes de la carrera en el circuito de Hungaroring.
Lewis Hamilton, junto a su padre antes de la carrera en el circuito de Hungaroring.EFE

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