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Entrevista:JUAN URRUTIA | Presidente del consejo rector del Consorcio ESS Bilbao

"La ciencia y la tecnología son el futuro del país"

Juan Urrutia (Bilbao, 1944) preside el consejo rector del Consorcio ESS Bilbao que trabaja para que Vizcaya acoja la futura fuente de neutrones europea (European Spalation Source). Catedrático de Teoría Económica de la Universidad del País Vasco y de la Carlos III de Madrid, los cargos de consejero de Educación y consejero del BBVA que ocupó en su momento avalan su capacidad como gestor.

Pregunta. ¿En qué fase se encuentra la candidatura vizcaína?

Respuesta. Estamos estudiando el impacto socioeconómico que tendría la fuente sobre el PIB español y vasco, su ubicación idónea y adelantando trabajo como responsables de la parte legal y financiera del futuro consorcio europeo. Todavía no se sabe quién va a elegir la candidatura final ni cuándo, porque hay muchos factores políticos y la Unión Europea no tiene protocolizados estos procedimientos.

"Todavía no se sabe quién va a elegir la candidatura final ni cuándo. Hay muchos factores políticos"

P. ¿Está perdiendo el tren la candidatura de Vizcaya al no haber nombrado todavía a un director científico?

R. Llevamos dos meses negociando con distintos candidatos y las conversaciones van bien. ISIS [una de las dos candidaturas inglesas] y Hungría tampoco han nombrado a los suyos. Es más importante elegir al idóneo; no estamos perdiendo muchas posibilidades por ello. Después de vacaciones anunciaremos la decisión y, hasta entonces, nos está sirviendo para comunicar nuestras capacidades a través de los candidatos.

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P. ¿Qué credibilidad aporta la candidatura española frente a otras tan sólidas como la inglesa o la sueca?

R. Es sabido que Gran Bretaña tiene una postura peculiar con respecto a los proyectos de convergencia europea. Además, todavía no ha decidido si esta fuente es una prioridad. A Suecia no tenemos nada que envidiarle: estamos construyendo un sincrotrón, nuestra comunidad neutronera es incluso mayor y tenemos empresas usuarias y suministradoras. Los centros tecnológicos vascos construyen aparatos para las fuentes más importantes del mundo y tenemos científicos y tecnólogos de primer nivel. Una asignatura pendiente es hacernos valer, difundir más esa capacidad, pero entre las candidaturas se nos conoce y teme. Hungría cuenta con una enorme tradición científica y la fortaleza propia de los países que empiezan a crecer, por lo que no es un candidato a despreciar. También influirán cuestiones políticas -España tiene en principio más peso-, y se tendrá en cuenta qué ciudad es más céntrica y ofrece una mayor calidad de vida. En cuanto a dinero, España es la que más se ha comprometido a aportar: 337 millones de euros.

P. Se teme que tanto retraso llegue a paralizar el proyecto de la fuente europea.

R. En 2003, fracasó un proyecto similar por falta de apoyo político. Si se marea la perdiz y en nueve meses no se avanza, se complicará. Esperar dos años, como se dice, sería perder el tiempo. Los estudios científico-tecnológicos están bien hechos y los de organización y legales se pueden hacer mientras se construye. Aprovechemos ahora que es factible.

P. ¿Si la candidatura fracasa, habrá merecido apostar por el proyecto europeo vez de construir la fuente regional?

R. Si la fuente sale adelante en otra ciudad europea, tendrá efectos sumamente importantes, más incluso que los de una fuente regional, porque colaboraremos con el centro de espalación más grande del mundo. Si no sale, las autoridades políticas y científicas tendrán que decidir en qué alternativa invertir el dinero comprometido. La segunda transformación no es sólo una frase literaria bonita, sino la verdad, la ciencia y la tecnología son el futuro del país. En cuanto a una fuente regional, es muy difícil que Europa la admita cuando ya ha apostado por una europea. Además, esta se llevará a todos los científicos, por lo que no contaríamos con los mejores.

P. ¿Qué impacto socioeconómico tendría la fuente de neutrones para el País Vasco?

R. Los cálculos no están acabados y es imprudente adelantarlos, pero el rendimiento de una instalación como ésta no tiene nada que envidiar al de las empresas del país. Tendrá un impacto significativo sobre el PIB, el empleo y las finanzas públicas, que financiarán el proyecto y sus ingresos aumentarán debido a las cotizaciones y los impuestos. La fuente contará con entre 500 y 600 personas, entre científicos y personal de mantenimiento, con contratos estables -mediante concurso público internacional para que sean los mejores- y cada año vendrán a hacer experimentos en ella unos 4.000. Las spin-off, las empresas que suministrarán instrumentos, también se beneficiarán. Y las empresas del entorno, de aviación, farmacia, automoción, ciencias de la vida,... tendrán facilidades para utilizar con menos costes esta fuente para testar la calidad de sus productos.

P. ¿Están justificados los miedos de algunos departamentos de investigación de que la fuente absorba todos los presupuestos?

R. Esa apreciación me recuerda a la polémica sobre el Guggenheim. Los artistas sostenían que era mejor invertir en arte vasco, y ahora vemos que fue una buena apuesta. Creo que el miedo ya ha sido superado: los científicos saben que la fuente no va en detrimento de sus proyectos, porque la ciencia es acumulativa, unas ideas alimentan a otras.

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