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Vacaciones de lujo cerca de Bush

Las vacaciones son un problema para Nicolas Sarkozy. Tras ganar las presidenciales decidió desaparecer cuatro días a bordo de un yate gigantesco, prestado por el empresario Vincent Bolloré, personaje con intereses en muy diversos sectores, entre ellos la prensa y la televisión. Dado que durante la campaña Sarkozy no dejó de citar a Jaurès o Gramsci, dado que se refirió siempre "a quienes se levantan temprano y trabajan duramente", la exhibición de amistades y costumbres de millonario chocó a buena parte de la opinión pública. Sarkozy acortó dos días su deambular por las costas de Malta.

Ahora ha decidido alquilarse una mansión. Al borde de un lago. En Wolfeboro (Nuevo Hampshire), a dos horas de Boston y, sobre todo, a muy pocos kilómetros de una de las residencias veraniegas del presidente George W. Bush. ¿El precio del alquiler? 22.000 euros por semana, y parece que la estancia va a prolongarse tres semanas. La casa, propiedad de un ex ejecutivo de Microsoft, está situada en un terreno de unos 2.000 metros cuadrados y dispone de cuatro amarres en el lago, de una playa privada y en el edificio, además de diversos salones -cine, videojuegos y otros-, hay ocho habitaciones que pueden acoger hasta una veintena de personas. De momento se sabe de Nicolas Sarkozy, de su esposa, Cécilia, y del hijo de ambos, Louis. La identidad de otros hipotéticos huéspedes es un misterio.

¿Por qué EE UU? ¿Por qué tan cerca de Bush? ¿Está previsto un acuerdo en bicicleta entre los dos presidentes? ¿Van a montar cenas de matrimonios? Lo que sorprende es que Sarkozy haya olvidado enseguida lo que le sucedió a Chirac cuando se tomó unas vacaciones en las islas Mauricio: todo el mundo quiso saber quién las pagaba y por qué no podía pasarlas en el fuerte de Bregançon, en una residencia oficial de la presidencia, junto al Mediterráneo. O en cualquiera de los otros palacetes de que dispone la muy monárquica República francesa.

Según un periódico de Boston, las tiendas de Wolfeboro están acostumbradas a satisfacer los deseos de sus veraneantes más chic: disponen de botellas del mejor champán francés, semiconservas de foie-gras y quesos hechos con leche fresca y no pasteurizada. ¿Es eso lo que Sarkozy busca en EE UU? Cuentan que él, que no deja pasar un día sin salir por televisión, sólo quería escapar al acoso de los paparazzi. Veremos.

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