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Columna
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Copiar o abrir los ojos

Conociendo a Ron Dennis [Villadeprat trabajó con él durante muchos años en McLaren] me parece imposible que él supiera algo respecto a los documentos confidenciales que Mike Coughlan poseía de Ferrari. Nunca hubiera aceptado espionaje por parte de sus técnicos o, si lo hubiese aceptado, nunca hubiera permitido que todo el asunto se desvelara.

Esta primera premisa es fundamental para llegar al fondo de toda la investigación que está llevando a cabo la Federación Internacional del Automóvil, cuyo último movimiento ha sido acusar a McLaren de poseer durante varios meses una información privilegiada de otro equipo. McLaren no sólo debe demostrar que no ha utilizado esta información, sino también que el equipo no tenía conocimiento de que uno de sus empleados tenía en su poder un dossier de más de 700 folios con datos técnicos de mucho valor en manos de cualquier ingeniero.

El equipo de Ron Dennis deberá limpiar su nombre. Y no va a ser una tarea fácil, porque ahora mismo la pregunta que quieren responder los comisarios que llevan el caso es: ¿la competitividad de McLaren este año se debe, en algún aspecto, a la información recibida de Ferrari? Difícilmente habrá respuesta. Los conceptos aplicados en los coches de Ferrari y de McLaren son muy distintos y, por tanto, resulta inviable imaginar que los británicos han copiado algo de los italianos.

Sin embargo, una cosa es copiar, que estoy seguro de que no lo han hecho, y otra que conocer determinada información te abra los ojos respecto a algunos aspectos técnicos concretos. Y eso puede haber sucedido. El dossier de Ferarri estaba en manos del jefe de diseño de McLaren y, recientemente, se ha conocido que otro dirigente del equipo, Jonathan Neale, sabía de la existencia del informe.

Me parece imposible que Coughlan no utilizara de alguna forma la información que poseía sobre su rival principal en el campeonato, porque algunos datos contenidos en los documentos podían sugerir cambios en la dirección del trabajo a la vista de hipotéticas mejores soluciones. Y algunas modificaciones son fáciles de aplicar en un equipo de F-1 que es capaz de cambiar un coche en cuestión de 15 días. Algunos cambios aerodinámicos pueden efectuarse casi de forma inmediata, otros en 15 días. Algunos datos sobre la geometría de las suspensiones podían tener gran valor para McLaren. Y hacer pequeños retoques en la caja de cambios o en el motor puede suponer un trabajo de un mes.

Sin embargo, me niego a creer que los máximos responsables de McLaren Mercedes tuvieran conocimiento de este asunto. El equipo deberá demostrarlo y si lo consigue, la responsabilidad de lo ocurrido recaerá sólo sobre su jefe de diseño, Mike Coughlan. Y el peso de la justicia sobre el hombre que presuntamente le transfirió los datos, el empleado de Ferrari Nigel Stepney.

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