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Reportaje:

La Casa de Campo quiere ser Central Park

Gallardón recupera el proyecto de cerrar el parque al tráfico pese a la oposición de Pozuelo y Boadilla

Daniel Verdú

No se sabe cuándo ni cómo. Pero la Casa de Campo se cerrará al tráfico seguro. Lo anunció el miércoles el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, mientras un grupo de prostitutas se manifestaba en la puerta del Ayuntamiento para pedir justo lo contrario. O eso, o un sitio tranquilo donde poder trabajar, porque desde que en 2003 comenzaron los cortes de diferentes vías, han tenido que desplazarse a la calle de Montera o a la Colonia Marconi. Pero parece que el consistorio no está por la labor. Ni tendrán ese barrio rojo que reclaman, ni se permitirá, a partir de "las próximas semanas", dijo Calvo, la circulación en la Casa de Campo. El modelo, dicen: Central Park. El gran parque urbano de Nueva York por donde apenas circulan vehículos que no sean carruajes o bicicletas.

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La eliminación del tráfico rodado en el gran pulmón madrileño (1.722 hectáreas) figura en el programa electoral del PP desde 2003. Por eso, las asociaciones de vecinos de Batán y Aluche, que forman parte de la plataforma Salvemos la Casa de Campo y que llevan años luchando por esta causa, no se fían ahora ni un pelo del anuncio de Calvo. "Estaríamos encantados de que lo hicieran. Pero no nos lo creemos. Nos lo han prometido mil veces y nada", denuncia Luis Segura, portavoz de la plataforma.

Desde 2003, el consistorio ha cortado varias vías de circulación, pero la que más incomoda a los defensores del parque, la carretera de Rodajos, que une Prado de Somosaguas con Madrid, permite todavía de 7.00 a 10.00 y de 17.00 a 20.00 la circulación. "En el futuro, los vehículos no podrán pasar más por esa vía", explicó ayer una portavoz de Movilidad. "Los coches accederán a los recintos de ocio [chiringuitos, restaurantes, zoológico o parque de atracciones], pero no podrán utilizar el parque como carretera de comunicación", añadió esta portavoz.

A los usuarios del recinto les parece fantástico. Saliendo del agua del lago y con la piragua a cuestas, Alberto Arteaga recibe la noticia: "Sería ideal, pero dudo que los intereses económicos de los chiringuitos, el zoo y el parque de atracciones lo permitan", señala con escepticismo. "Siempre he vivido cerca de la Casa de Campo. Vengo 4 o 5 veces por semana a hacer deporte. Por mí que la cierren a cal y canto", añade.

A los concesionarios de los chiringuitos del lago tampoco parece preocuparles. "Que corten la carretera de Rodajos no nos afecta. Si la restricción al tráfico se hace con sentido común, sin cerrar los accesos, no pasa nada", apunta Senen Rodríguez, que regenta su local desde 1983.

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Los principales usuarios de la carretera de Rodajos son los vecinos de las localidades de Pozuelo (especialmente de la urbanización de Somosaguas 12.000 habitantes) y de Boadilla del Monte (40.000 habitantes). Al final unos 50.000 coches atraviesan el gran pulmón verde de Madrid a diario. Y justamente, A Boadilla y a Pozuelo no les ha hecho ninguna gracia la medida anunciada.

"Nosotros usamos mucho esa ruta. Ya nos quejamos la primera vez que empezaron a limitar el tráfico en la Casa de Campo", señalaron ayer fuentes del Ayuntamiento de Boadilla. "Todo lo que sea cierre o limitación, nos perjudica", añadió. Una portavoz del Ayuntamiento de Pozuelo se mostró igual de reacia: "Totalmente perjudicial para nosotros. Además, los problemas medioambientales no se solucionarán así".

Para Ecologistas en Acción es una medida necesaria y urgente. "Es una reivindicación histórica, de los años noventa", recuerda Juan García. "Así se mejorará el parque y la calidad ambiental. 50.000 coches diarios que emiten una media de 200 gramos de CO2 por kilómetro no es algo que favorezca al parque", añade.

Las 230 prostitutas que todavía trabajan en la Casa de Campo se han desplazado a zonas por donde todavía pueden circular los coches. El mes pasado, el consistorio cortó las calles que conducían a las pistas de tenis y al teleférico, lugares donde tradicionalmente ellas se apostaban.

Junto al aparcamiento del parque de atracciones, tres nigerianas pasan calor y respiran el polvo de los coches. "Queremos estar seguras. No queremos problemas", dice una de ellas luciendo poco más que una braga blanca para cubrirse por debajo de la cintura y eludiendo mayores debates sobre movilidad.

Para Cristina Garizábal, portavoz del colectivo Hetaira, que lucha por los derechos de las prostitutas, "las posiciones morales de miembros del Ayuntamiento como Pedro Calvo o Ana Botella se convierten en normas". Garaizabal vaticinó que si los vehículos desaparecen de la Casa de Campo, las prostitutas se desplazarán a otros lugares de la ciudad como la calle de Montera.

Una prostituta observa a cuatro ciclistas en uno de los viales de la Casa de Campo.
Una prostituta observa a cuatro ciclistas en uno de los viales de la Casa de Campo.BERNARDO PÉREZ

EL PULMÓN DE MADRID, EN CIFRAS

- La superficie de la Casa de Campo es de 1.722 hectáreas, equivalente a 313 estadios de fútbol

- Es el parque más grande de Madrid. Era el jardín privado de Felipe II

- Cada día pasan por este espacio verde 72.000 personas

- 50.000 coches lo cruzan diariamente.

- 230 prostitutas trabajan allí

- Dispone de 11,5 kilómetros de circuito de bicicletas

- Tiene nueve especies de árboles: pinos, álamos, castaños, chopos, encinas, plátanos, fresnos, robles y sauces

- Animales: liebres, conejos, ardillas, urracas, cotorras y palomas

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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