Caos en Sants

Ayer, los altavoces de la estación de Sants no dejaban de emitir información. Anunciaban que los trenes, tanto los de cercanías como los de larga distancia, iban con retraso.

Los supervisores explicaban a las puertas de la oficina de atención al cliente que todos los trenes de larga distancia saldrían con incidencias. "Los trenes saldrán, pero lo harán fuera del horario de salida", comentaba uno de los supervisores ante la decena de usuarios que hacían cola a las puertas de la oficina.

Más que para reclamar, la multitud esperaba su turno en la oficina de atención al cliente buscando explicaciones e información, que sólo obtenían justo unos minutos antes de la salida del tren.

Los trenes de Cercanías también estaban descontrolados. Alrededor de 200 usuarios de la línea Maçanet-Sant Vicenç esperaban en la plaza de Joan Peiró, justo delante de Sants, el turno para subir al autobús que los trasladaría a Gavà. En Gavà tendrían que realizar un trasbordo para llegar a su destino. "Esto es una pequeña punta", explicó Miguel Ángel Remacha, director de Renfe, mientras contemplaba la cola de 200 personas. Ante la impaciencia de los que esperaban, Remacha explicó que la cola se debía a un cambio de turno de los autobuses. "Llevan trabajando desde las seis de la mañana", concretó. "Hemos habilitado el plan alternativo para trasladar a los usuarios en autobús. "Además, hay gente de información, interventores, vigilantes de seguridad, supervisores y responsables atendiendo a los usurarios", explicó Remacha. Y añadió: "El resto de líneas funcionan, aunque van con retraso. Hay que entender que se trata de una situación especial. Intentamos garantizar la movilidad y que haya una frecuencia de cuatro trenes por hora". Estas explicaciones no tranquilizaron a los que esa mañana no habían contado, al levantarse, que les tocaría sortear toda esa serie de obstáculos para poder llegar al trabajo.

En la estación de Vilanova i la Geltrú (Garraf), jóvenes en bañador que se dirigían a las playas de Sitges y Castelldefels eran los usuarios mayoritarios. La jornada fue atípica en la estación en cuanto a volumen de pasajeros. "Para ser viernes, hay mucha menos gente de lo habitual", admitió la responsable de la ventanilla de la estación. La mayoría de usuarios buscaron alternativas como vehículos particulares y autobuses. En este caso, se toparon con largas colas en la carretera. También los taxistas notaron un poco más de actividad, especialmente por la mañana, cuando los usuarios empezaron a conocer la noticia del accidente informa Pere Lobato.

En la estación de Tarragona la situación fue similar. Todos los trenes que partían hacia Barcelona fueron desviados por la línea del interior, por Vilafranca del Penedès, y acumularon retrasos de hasta dos horas, según fuentes de Renfe. Sucedió lo mismo con los trenes con destino a Tarragona. Renfe no habilitó servicio de autobús alternativo con el argumento de que el servicio seguía funcionando, informa Oriol Aymí.

Las restricciones en el servicio de Cercanías, que se mantendrán hasta el lunes, coinciden con un fin de semana complicado, ya que miles de personas se desplazan para pasar la verbena de Sant Joan fuera de Barcelona.Los trenes de media y larga distancia se redirigen hacia L'Hospitalet y Vilafranca. Con el fin de no colapsar las vías, las líneas C-3 y C-7, que tienen como destino L'Hospitalet y parten de Vic y Martorell, respectivamente, acortan su recorrido y finalizan en las estaciones de Sant Andreu Arenal y Montcada. En ambos casos es preciso realizar trasbordo y continuar hasta L'Hospitalet por la C-4.

El Departamento de Política Territorial reforzó los recorridos regulares de autobús entre Barcelona y el Garraf para intentar minimizar los problemas de Renfe. Hasta el lunes, la línea entre Vilanova y Barcelona, que pasa por Sitges, así como la de Vilanova y Vilafranca del Penedès, tendrán una frecuencia de paso similar a la de un día laboral.