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Nuevos problemas y retrasos en Renfe

El descarrilamiento de un Euromed vacío colapsa la red de Cercanías de Barcelona

Un total de 400 toneladas lanzadas a 120 kilómetros por hora sumieron ayer en el caos las comunicaciones en el Área Metropolitana de Barcelona. Un tren Euromed vacío descarriló a primera hora de la mañana en El Prat de Llobregat y se llevó por delante 200 metros de vía, que troceó como si de chocolate se tratara. El accidente, que se atribuye a un exceso de velocidad -el límite es de 30 kilómetros-, afectó a 80.000 usuarios y 250 trenes. El servicio está suspendido parcialmente hasta el lunes en la C-2, una de las líneas más frecuentadas, y queda fuera de servicio la línea que comunica con el aeropuerto.

El siniestro afectó a 80.000 pasajeros y a 250 trenes de las dos líneas más concurridas
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El tren iba a una velocidad cuatro veces superior a la permitida en las proximidades de El Prat
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El descarrilamiento ocurrió a las 5.37 horas. El Euromed no prestaba servicio comercial y se dirigía a la base de Sant Andreu Comtal en Barcelona. Por causas que se desconocen, alcanzó una velocidad de 120 kilómetros por hora a pocos metros de entrar en el túnel que conduce a la estación de El Prat, donde el máximo permitido es de 30 kilómetros. El tren, de 200 metros de longitud, descarriló por completo. Los bajos del convoy quedaron destrozados y dañaron los mismos metros de vía, que acabó troceada. Casi medio kilómetro de catenaria quedó igualmente inhabilitada. El maquinista fue trasladado al hospital de Bellvitge, donde fue tratado de diversas contusiones leves y dado de alta durante la misma mañana.

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Inmediatamente se interrumpió la circulación de trenes por la línea de Cercanías C-2, una de las más utilizadas, entre la estación de Sants y Gavà. La C-10, que enlaza Barcelona con el aeropuerto, la suplió parcialmente entre El Prat y Barcelona hasta las 9.30. A esa hora se suspendió el paso de todos los trenes de las dos líneas y de los de medio y largo recorrido para facilitar el acceso de las grúas a la zona y el trabajo de más de un centenar de operarios de Renfe y Adif.

Todas las líneas de Cercanías se vieron afectadas con retrasos medios de 30 minutos. Los trenes de medio y largo recorrido tuvieron que desviarse por Vilafranca del Penedès. En este caso, los retrasos fueron de entre dos y tres horas. Era hora punta y en las estaciones de Sants, Gavà, Vilafranca y otras de la red de Cercanías se repitieron las colas en los puestos de información y de reclamación.

Autocares alternativos

Los usuarios se desesperaron ante la imposibilidad de poder acceder a sus trabajos. Renfe distribuyó personal adicional para informar a los afectados y, para suplir la falta de trenes, contrató 88 autocares que puso a disposición de los usuarios de forma paulatina durante la mañana.

El tren descarrilado pesa 400 toneladas y es compacto, por lo que fue preciso partirlo en dos para moverlo. Dos grúas de gran envergadura empezaron ayer las tareas de desplazamiento del tren. Adif acabó destinando a la operación cuatro máquinas.

"Desplazar el tren, dada su constitución, es más complicado que la propia reparación de las vías. Tardaremos entre 45 y 50 horas", explicó el gerente de Adif en Barcelona, Joaquín Záforas. Las tareas se alargarán hasta el lunes. Entre tanto queda alterada la circulación de las líneas C-1, C-2, C-3, C-7 y C-10, así como los trenes de media y larga distancia, que se desviarán por Vilafranca del Penedès y registrarán retrasos de dos horas de media. El desaguisado coincide con uno de los fines de semana más complicados del año en las carreteras por la celebración de la verbena de Sant Joan.

El presidente de Renfe, José Salgueiro, que se desplazó a Barcelona al tener conocimiento de la magnitud de la incidencia, pidió "disculpas" a los usuarios. Salgueiro aseguró que el operador garantizará el servicio. "No escatimaremos esfuerzos humanos, materiales ni económicos", afirmó. "Como presidente de Renfe no estoy nada orgulloso del servicio de Cercanías de Barcelona, aunque sí del del resto de España", admitió Salgueiro, que mantuvo que a finales de año, cuando llegue el AVE a Barcelona, se notará una mejoría.

La caja negra del tren ayudará a conocer por qué el tren circulaba a una velocidad tan superior a la permitida. "Pedimos la máxima prudencia al respecto a la espera de los informes", dijo Salgueiro. Adif también investiga cómo funcionaron las las señalizaciones en la vía. Renfe ha abierto un expediente al maquinista y le ha retirado del servicio hasta que se aclaren las circunstancias del accidente.

CiU y PP reclamaron ayer responsabilidades y explicaciones al Gobierno y a la Generaliatat. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega recalcó: "se está haciendo todo y más" para "evitar los transtornos de los ciudadanos".

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