Mª DOLORES GARCÍA: "Me dieron una indemnización, pero la ilusión no puede pagarse"
María Dolores tenía una tienda de ropa en la calle de Calafell. Cuando se derrumbó el Carmel tuvo que cerrarla. Explica: "Al principio me aseguraron que en dos o tres días podría volver al trabajo. Ya no volví".
"Cuando se derrumbó el Carmel hacía cinco meses que tenía la tienda. Mi marido había muerto dos años antes y estaba empezando a rehacer mi vida. Me había forjado un trabajo que perdí de la noche a la mañana", recuerda. "Me dieron una indemnización, pero la ilusión no puede pagarse con dinero", añade.
"No creo en los políticos. Se pasaron la pelota de unos a otros y había algunos que parecía que estaban de fiesta. Abrazaban a la gente para hacerse la foto y prometían mucho. La situación que vivimos tendría que haberse enfocado de otra manera. Tendrían que haber ayudado más a la gente", concluye María Dolores.