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El juez imputa por homicidio y lesiones al 'mosso' que mató de varios disparos a un enfermo mental en Malgrat

Un juez de Arenys de Mar (Maresme) ha imputado por homicidio y lesiones al agente de los Mossos d'Esquadra que el jueves mató a tiros a un enfermo mental en Malgrat de Mar. El policía, que ayer declaró durante casi tres horas, quedó en libertad porque nadie ha solicitado que se le apliquen medidas cautelares. La víctima, Juan Antonio Aroca Carretero, de 33 años y vecino de Malgrat de Mar, padecía esquizofrenia. Ante sus crisis agresivas, sus padres habían previsto que ingresara en un centro psiquiátrico.

Pero Juan Antonio se negó, reaccionó de forma violenta y, acompañado por un perro de pastor alemán, trató de agredir con un pico de grandes dimensiones al mosso imputado. El agente, de 25 años y con número de identificación 10.636, se vio "acorralado" y, presa del nerviosismo, realizó una serie de disparos. Uno de ellos fue a parar a un órgano no vital de Juan Antonio, que aun así siguió corriendo hacia el agente, según el auto judicial. El mosso disparó entonces al pecho, y el hombre murió. Otro tiro fue a parar, tras un rebote, al abdomen del padre del fallecido, Juan A. M., de 60 años. Éste evoluciona favorablemente, aunque los médicos del hospital de Calella han descartado, por ahora, extraerle la bala debido al riesgo que presenta la intervención.

Según el auto judicial, el agente realizó en total cinco disparos. Los mossos que declararon como testigos ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Arenys explicaron que oyeron "al menos cinco disparos". Ésa es la versión que ofreció ayer el abogado de la familia, Francesc Soler, quien tildó la actuación policial de "desproporcionada" y aseguró que la familia está "muy afectada". En el momento del disparo había en el lugar 5 personas del servicio médico y 10 agentes de la policía autonómica -y no 4 como se dijo en un primer momento.

En el auto, el juez aprecia que hay "datos objetivos" para hablar de "legítima defensa", tal como también defiende el consejero de Interior, Joan Saura, que expresó sus "condolencias" a la familia del fallecido. El suceso es un "accidente desgraciado y aislado", dijo Saura. El consejero opinó que los Mossos "lo están haciendo bien" cuando actúan con personas que sufren enfermedades mentales, y citó como prueba que las 707 actuaciones de este tipo realizadas en Barcelona en 2006 se saldaron, sin excepción, "sin ningún problema".

Esta explicación no le sirve a la Federación Catalana de Asociaciones de Familiares de Enfermos Mentales. Su presidenta, Teresa Marfull, reclamó a Interior que haga valer el compromiso adoptado por la ex consejera del ramo Montserrat Tura, de que los mossos encargados de tratar con enfermos mentales "se presenten ante el enfermo sin uniforme y sin el arma reglamentaria".

A juicio de Marfull, la presencia de agentes y coches patrulla hizo que Juan Antonio -que salió del garaje ataviado con un casco y llevando un pico y un destornillador- se pusiera "más nervioso". Saura, por su parte, aseguró que en algunos casos "urgentes" será "imposible" actuar sin uniforme, y señaló que los Mossos no tienen previsto modificar el protocolo de actuación en apoyo a servicios sanitarios en casos similares.

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