Condenados a la crispación

"El desarrollo de una estrategia de la crispación por parte de la derecha, como método para debilitar electoralmente al Gobierno, es el rasgo más destacado de la situación política". Esta afirmación es la principal conclusión del Informe sobre la democracia en España elaborado por la Fundación Alternativas y presentado ayer en el Centro de Cultura Contemporanea de Barcelona (CCCB).

El informe es el primero de una serie que pretende ser anual, según explicó su director, Joaquín Estefanía, y convertirse así en un elemento de referencia. Estefanía aclaró, para evitar equívocos políticos o ideológicos, que en el consejo que ha dado luz verde al informe, elaborado por 10 especialistas, figura "lo mejor de la tradición socialdemócrata del país". El director del Laboratorio de Ideas de la Fundación, el ex ministro socialista Juan Manuel Eguiagaray, proclamó que sus integrantes no esconden en absoluto sus "preferencias" políticas, pero aseguró que su empeño radica en "huir de dogmatismos" y elaborar "medidores" de la calidad de la democracia.

La conclusión del informe podría inducir a pensar que se trata de una arremetida contra el PP. Pero Estefanía la justificó y sostuvo que la preocupación que mueve a sus autores no es de tipo electoral ni coyuntural. Sucedió que a la hora de definir el presente político se encontraron con que "la estrategia de la crispación atraviesa toda la vida política"; es lo que explica el comportamiento del primer partido de la oposición y lo que ha condicionado de forma decisiva asuntos como la política antiterrorista, la reforma del Estatuto catalán y la actuación del Consejo General del Poder Judicial.

La presentación contó con las aportaciones de unos invitados de lujo: el ex portavoz de CiU en el Congreso, Miquel Roca Junyent; el sociólogo Julián Santamaría, y el director del CCCB y periodista, Josep Ramoneda. Todos ellos elogiaron la calidad y rigor del informe, y opinaron sobre el "estado de crispación" y los riesgos que acarrea.

Ramoneda fue muy contundente al expresar que existe la certeza testimonial de que la estrategia de la crispación surge de una decisión de partido, adoptada por la cúpula del PP con la finalidad de crear las condiciones para recuperar el poder. Durante el largo periodo de Gobierno de Felipe González, explicó, "la derecha concluyó que es minoritaria en España y sólo puede llegar al poder en situaciones de crisis". Y por eso decidió dedicarse a fabricarlas, con la colaboración de medios de comunicación ideológicamente afines. Avanzó que el PSOE cometería "un grave error" si creyera que esa situación puede beneficiarle electoralmente porque arrincona al PP en la extrema derecha y le deja abierto el flanco del centro.

Roca fue un poco más allá y advirtió de que "la crispación es cosa de dos"; sostuvo que "si uno no quiere, no lo crispan" y dio por hecho que en ciertos momentos el PSOE se ha aprovechado de la crispación fomentada por el PP para sacar su particular tajada. Como, por ejemplo, para limitar el alcance del Estatuto catalán. Santamaría señaló el contraste entre una sociedad "moderada, apaciguada, moderna, secularizada" pero sometida, sin embargo, a "un tratamiento de choque" por una cúpula de partido. Como que los partidos sólo cambian de rumbo si sufren grandes derrotas, aseguró también que "estamos condenados a vivir en la crispación, salvo un gran batacazo" del PP en las elecciones generales.

La actitud de PSOE y PP en esta legislatura fue definida por Santamaría como una arriesgada "asimetría en la competencia por el voto". Desde la izquierda, el PSOE compite por el voto de centro mientras, en la derecha, el PP sólo compite para consolidar su bloque electoral y aspira a lograr la abstención de una franja de electores susceptible de apoyar al PSOE.