Detectives de toxinas, metales pesados y malas medidas
JOSÉ MANUEL ABAD LIÑÁN | Madrid
La CE intenta igualar los niveles de vigilancia alimentaria de los Veintisiete
Frutas emponzoñadas por hongos tóxicos, atún contaminado con metales cancerígenos, salmones ahumados con hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) que, a pesar de lo amable de su adjetivo intermedio, pueden causar mutaciones genéticas. El peor menú imaginable se sirve sobre las poyatas de laboratorio del Instituto de Materiales de Referencia y Medidas (IRMM) en Geel (Bélgica).