Reportaje:

La M-30 a pedales

La última fase del anillo ciclista, que permite rodear la ciudad en bici, abre en dos semanas

Pablo viste pantalones vaqueros, camisa a cuadros y unos mocasines sucios de polvo. Está sudoroso y bebe agua de una fuente. Se acaba de bajar de su bicicleta después de recorrer los ocho kilómetros de uno de los tramos del anillo verde ciclista, entre el parque de las Naciones y la avenida de Logroño. Junto a él espera Pepe Fuente, preparado con todo lo necesario para dar pedales: lleva mallas, gafas de sol, casco, una iPod colgada del brazo y parece menos cansado que Pablo. Se le quedan escasos esos 8.800 metros de pista rojiza reservada para los ciclistas.

El Ayuntamiento de M...

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Pablo viste pantalones vaqueros, camisa a cuadros y unos mocasines sucios de polvo. Está sudoroso y bebe agua de una fuente. Se acaba de bajar de su bicicleta después de recorrer los ocho kilómetros de uno de los tramos del anillo verde ciclista, entre el parque de las Naciones y la avenida de Logroño. Junto a él espera Pepe Fuente, preparado con todo lo necesario para dar pedales: lleva mallas, gafas de sol, casco, una iPod colgada del brazo y parece menos cansado que Pablo. Se le quedan escasos esos 8.800 metros de pista rojiza reservada para los ciclistas.

El Ayuntamiento de Madrid inaugurará a principios de mayo el último tramo de la vía ciclista, que permitirá rodear la ciudad sobre dos ruedas. Entonces, Pepe podrá recorrer los 62,94 kilómetros del circuito sin bajarse de su bici.

La tercera fase del anillo verde ciclista, que se inaugurará en breve, consta de seis nuevos tramos: 7,7 kilómetros por la Casa de Campo; 4,8, junto a la ribera del Manzanares; 5,4, por Arroyofresno; 5 kilómetros por Montecarmelo; 3,3 por Las Tablas; y otros 3,4 por Sanchinarro. En total, algo más de 29 kilómetros que permiten conectar cinco parques de la ciudad. Por eso, están concebidos como un gran jardín lineal, armados con 13.442 árboles y 157.115 arbustos. El proyecto ha costado 33,4 millones de euros.

Para unir el nuevo circuito ha sido necesario construir cinco pasarelas sobre las autovías radiales que parten de la ciudad. Ayer unos operarios trabajaban sin descanso en una de las pasarelas sobre la autovía de Barcelona (A-2). El puente, de 140 metros, está sustentado por pilastras pero no llega a descansar sobre la vía ciclista. Aún hay un hueco entre el puente y el camino de tierra que se convertirá en un carril asfaltado, con cemento procedente del Windsor.

La vía ciclista tiene seis metros de ancho, dos están reservados para los peatones. "La gente que pasea invade el carril-bici y es un peligro", cuenta Gemma, mientras explica a su hermano Fernando cómo debe pedalear.

Un portavoz de la asociación ciclista Pedalibre, Iñaki Díaz de Etura, asegura que el anillo verde "está bien diseñado. Pero está pensado para pasear no para desplazarse". Y añade: "Sólo está pensado para uso recreativo". El portavoz de la plataforma lo explica con un ejemplo: "Es como si hubieran construido una llanta, pero faltan los radios". Para poner los radios a esa llanta imaginaria, el Ayuntamiento ha aprobado unas líneas generales que ahora deben desarrollar los vecinos de cada barrio. "Pero aún queda lo más importante, que es concienciar a la gente de que la bici puede ser un medio de transporte más", sentencia Iñaki.

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