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Reportaje:Fútbol | 27ª jornada de Liga

Todo sobre Ronaldinho

Al 'crack' del Barça, que mide 1,81 metros, pesa 83 kilos y suda más de litro y medio de líquido por hora, no le gustan las bebidas dulces

Carlos Arribas

Ronaldinho mide 1,81 metros y pesa 83 kilos. Su índice de masa corporal (IMC) es 25,34, lo que, según las tablas que imprimen las básculas de las farmacias, equivale a sobrepeso.

Pero Ronaldinho no está gordo, ni siquiera gordito, por mucho que tal conclusión pueda sacarse también de los detalles de sus abdominales en las fotografías. Lo que le pasa al delantero del Barcelona, que atraviesa una de sus peores rachas de juego desde que llegó a España, es que es puro músculo. Un sprinter. Y el músculo, como todo el mundo sabe, ocupa menos espacio que la grasa, pero pesa más.

Tal estado de forma lo comprobaron, a simple vista, los fisiólogos de la facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Toledo, a quienes el crack más sonriente de todos los cracks del fútbol mundial visitó el jueves para someterse a un estudio de sudoración. Llegó a la capital del Tajo en jet privado y limusina después de un entrenamiento del Barça, trotó con intensidad durante 35 minutos en un tapiz rodante y se volvió a la capital catalana. Al equipo que le atendió, el fisiólogo Ricardo Mora y tres licenciados que se trabajan la tesis doctoral, les dejó en los ordenadores unos cuantos datos y bastantes buenas impresiones.

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"Es un jugador muy rápido. Sus arrancadas son muy ligeras y veloces. Su tipo de juego, su forma de moverse, exige una gran masa muscular", dice una de las personas que atendió a Ronaldinho; "y eso es lo que tiene Ronaldinho, aunque quizás no lo aparenta excesivamente". Por eso también, quizás, Ronaldinho es un adicto al gimnasio, a los bancos de prensa, a las pesas, casi tanto como a los entrenamientos de toque, regate y lanzamiento de faltas.

Después de pesarlo y admirar la dureza acerada de sus músculos, los científicos de Toledo, financiados por Gatorade, una empresa de bebidas deportivas, estudiaron su sudor como paso previo para conocer sus necesidades específicas de hidratación. "Quizás para un futbolista, éste, la buena hidratación para evitar la pérdida exagerada de plasma que conduce a un aumento de las pulsaciones del corazón no es un factor determinante en su rendimiento como lo es, por ejemplo, para los maratonianos, ciclistas y otros deportistas de resistencia, pero no deja de ser un asunto que también debe cuidar", explican.

Para un futbolista, en efecto, y más para uno como Ronaldinho, es más importante el estado de ánimo que guía su intuición, la motivación, la táctica del equipo, el juego del grupo... Si Ronaldinho, un jugador explosivo, el aspecto menos afectado por la deshidratación, no está en su mejor momento no es porque no beba Gatorade. Pero Ronaldinho suda. Y suda bastante. No llega a los más de dos litros por hora que tenía como marca el francés Zidane, pero se acerca: más de 1,5 litros a la hora. Es la conclusión del estudio de Toledo, el pasado jueves, que se efectuó en un laboratorio en el que se habían reproducido las condiciones de temperatura (32 grados) y humedad (18%) que reinaban el 13 de agosto de 2002 en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. Así se pueden comparar los datos con los que se observaron en un estudio aquel día a toda la plantilla madridista.

En Toledo, al gaucho no sólo se le pesó, talló y midió la cantidad de sudor, sino también se analizó la composición de éste, la cantidad y la distribución de las sales minerales (sodio, potasio, cloridio) que dan sustancia al agua. "Esto es importante", dice Mora; "una buena rehidratación no se puede conseguir sólo con agua. Al líquido hay que añadirle los electrolitos que se pierden con el sudor. Si no, disminuye la concentración de sal en el plasma, lo que inicia un proceso diurético y entran más ganas de orinar, lo que conduce impepinablemente a la pérdida del líquido ingerido sin que llegue a cumplir su función refrigeradora convertido en sudor. Además, si se bebe sólo agua, se inhibe el mecanismo de la sed, con lo que el deportista deja de beber aunque su cuerpo lo necesite".

En un futuro, las fábricas serán capaces de elaborar bebidas a la medida: cada deportista podrá beber exactamente el refresco con la cantidad de gas que le guste y con las cantidades de electrolitos que necesite.

Pero hasta que llegue ese momento los técnicos de Gatorade podrán también hacer algo por Ronaldinho, quien confiesa que no bebe ahora mucho de la bebida que le patrocina porque la considera excesivamente dulzona: ya está preparada en Estados Unidos una remesa para el crack con el exclusivo sabor Rain, el que más gusta a los atletas. Tiene los mismos carbohidratos que las habituales, pero un sabor ligeramente más salado.

Ronaldinho se baja un poco el pantalón tras el Barça-Athletic.
Ronaldinho se baja un poco el pantalón tras el Barça-Athletic.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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