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Edificios con problemas, inquilinos con síntomas

Los edificios modernos tienden a ser cajas herméticas. La luz, el agua y el aire llegan al interior a través de máquinas o instalaciones. Pero hermetismo no quiere decir asepsia. Ajenos a las variaciones estacionales, con sistemas de refrigeración, calefacción e iluminación artificiales, sus tripas están formadas por millones de metros de tubos y recodos que sirven como nichos para agentes infecciosos. Incluso en entornos limpios las condiciones de estos edificios pueden originar problemas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recogió estas circunstancias en el síndrome del edificio enfermo. De acuerdo con la OMS, hasta un 30% de las modernas edificaciones lo sufren, y sus efectos los padecen entre un 10% y un 30% de los inquilinos.

La lipoatrofia semicircular -la enfermedad que afecta a más de 150 trabajadores de la sede de Gas Natural en Barcelona- es una de las manifestaciones de la insalubridad de algunos edificios. Pero la lista de sus efectos es larga: irritación de ojos, nariz y garganta; sequedad de piel y mucosas; erupciones cutáneas; fatiga mental, somnolencia; dolor de cabeza, vértigos; mayor incidencia de infecciones de vías respiratorias altas; dificultad respiratoria, jadeo, ronquera, pitidos en el pecho, cuadros asmáticos; alergias; disfonía y tos; alteraciones del gusto y del olfato y náuseas, según la enumeración de la especialista en medicina del trabajo María Dolores Solé y el enfermero Joaquín Pérez Nicolás. En otros casos ha habido que cerrar temporalmente edificios, por ejemplo para erradicar focos de legionelosis o por intoxicación con los productos químicos después de un tratamiento de desinsectación, indica el miembro del grupo de Salud Laboral de CC OO Pere Creus.

La mayoría de estos síntomas son leves, y no suelen aparecer en forma de brotes. Por eso no llegan a los sistemas de detección. Pero están ahí y son una importante causa de bajas laborales, según los especialistas. La solución es complicada: los actuales lugares de trabajo dificultan la ventilación y el descanso; los antiguos fomentan la distracción y tienen otros inconvenientes, como reflejos, ruido o variación térmica.

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