Alta volatilidad
La inversión continúa mostrándose desconfiada ante las evoluciones de los mercados de valores, en los que la volatilidad ha ocupado el lugar que debería corresponderle a la consolidación de posiciones. Esta peculiar situación se está traduciendo en una serie de altibajos muy rápidos cuyo aparente descontrol no hace sino aumentar el temor a nuevos recortes.
El Ibex 35 terminó esta sesión con un descenso del 0,73% tras abrir con una subida del 0,92% y llegar a perder el 1,31% en los peores momentos de la jornada. Después de este descenso, el Ibex 35 cierra la semana con una caída del 5,45%, la peor desde septiembre de 2002, y en el conjunto del ejercicio ofrece una pérdida del 1,30%.
Los resultados empresariales publicados en los últimos días, en general bastante positivos, no han conseguido actuar de freno ante una corriente vendedora cuyas causas son bastante inciertas, aunque en conjunto apuntan hacia cierto temor a un debilitamiento de la economía estadounidense que podría llegar acompañado de nuevas subidas de los tipos de interés. Lógicamente, la reacción de los mercados europeos se debe a la posibilidad de que, a medio plazo, ese posible enfriamiento se traslade a otras áreas económicas.
En cuanto a la Bolsa española en particular, hay que señalar que los tres grandes valores, Telefónica, SCH y BBVA, no han sabido hacer frente a la corriente vendedora y terminan esta semana en zona negativa en lo referente al conjunto del ejercicio.
Entre los escasos indicadores económicos publicados ayer destacaba la revisión a la baja del índice de confianza de los consumidores para el mes de febrero en Estados Unidos, que ya pierde 5,8 puntos con respecto al dato de enero.
La contratación en el mercado continuo descendió hasta los 9.847,81 millones de euros, otra vez con Endesa como protagonista destacada.