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Reportaje:Gorka Benítez | MÚSICA

"Nadie necesita el jazz para sobrevivir"

El saxofonista vasco, residente en Barcelona, graba su primer disco en solitario titulado Bilbao. Un viaje emocional a su pasado y a las cosas buenas y malas de su ciudad natal.

Gorka Benítez, saxofonista bilbaíno afincado en Barcelona, es una de las personalidades más inquietas del panorama musical peninsular. Su nombre figura en infinidad de proyectos que pueden incluir desde la música latina a la canción de autor pero sin dejar nunca de lado sus propios grupos. Ahora, a punto de iniciar una gira con el proyecto neoyorquino de Martirio, Benítez acaba de editar un nuevo disco titulado Bilbao.

Aunque lo negara tozudamente nadie le creería. El saxofonista Gorka Benítez conforma la imagen más típica del vasco entregado en cuerpo y alma a su profesión. Su aspecto, su mirada, su forma de hablar y de moverse, le delatan de inmediato y si, además, esgrime orgulloso un nuevo disco titulado precisamente Bilbao el círculo se cierra sobre sí mismo. Gorka Benítez es vasco, uno más de los muchos artistas vascos que han emigrado a otras tierras cercanas o lejanas en busca no ya de fortuna sino de posibilidades de expresión y reconocimiento artístico.

"No sé de dónde salen tantos

artistas vascos dispersos por el mundo", afirma Benítez aparentando una cierta sorpresa, como si nunca antes hubiera pensado sobre el tema. "Tendrá que ver con nuestro carácter o con la comida porque, como mínimo en cosas de jazz o de música creativa, no es que tengamos infraestructuras como para incentivar a nadie".

Gorka Benítez nació en Bilbao en 1966 y en 1989 hizo las maletas para trasladarse a Barcelona, ciudad en la que reside desde entonces. Bilbao (Fresh Sound), grabado en la capital catalana pero con la mente en su ciudad natal, acaba de aparecer en las tiendas. "La grabación tiene ya más de tres años", explica el saxofonista: "Fue un encargo de un amigo de mi padre que cada Navidad produce un disco para regarlo a sus clientes, amigos y empleados. Se hizo una tirada muy corta y, cuanto más lo escuchaba, más me gustaba. Así que me decidí a remezclarlo de nuevo y editarlo de forma normal".

La ciudad de Bilbao y sus cambios, en especial aquellos más íntimos y ajenos a la imagen mediática de cosas como el Guggenheim, conforman el núcleo temático (sin palabras, por supuesto) del nuevo disco. "No sé si eres tú el que va a buscar los temas o si los temas te buscan a ti. Bilbao ha estado siempre en mi cabeza y he querido plasmar ese recuerdo, mis sueños, una visión onírica de la ciudad, con sus cosas buenas y sus cosas malas, que no todo es bueno. Bilbao está cambiando pero probablemente demasiado rápido para que los bilbaínos lo asimilen".

La conversación transcurre en un bar del barrio del Born barcelonés, donde Benítez se encuentra como en su casa. Algunos parroquianos le saludan efusivamente e, incluso, intercambia alguna frase en catalán pero la cultura y el hecho artístico vasco está siempre presente en sus palabras. "En el País Vasco tenemos los mejores festivales de jazz del verano pero después, el resto del año, no hay nada, absolutamente nada. Nadie se preocupa por crear interés en el público. Y el público tampoco lo demanda porque, en realidad, nadie necesita esta música para sobrevivir".

Gorka Benítez habla del tema con una mezcla de tristeza y rabia contenida. "El jazz no perderá nunca una cierta marginalidad pero no es razón para que no esté apoyado. Sucede igual con la investigación. ¡Es increíble cómo están los investigadores! Los que nos dedicamos a la música creativa no lo hacemos para hacernos famosos o por dinero, es evidente, sino porque nos sale de dentro. Somos un colectivo pequeño pero tenemos nuestros derechos. Y tampoco queremos subvenciones o cosas así, simplemente que se puedan crear circuitos en los que exponer nuestra música. Las instituciones en vez de ir cerrando salas, en Barcelona ya es dramático, lo que tendrían que hacer es incentivar a que las salas tuvieran música en directo. Si abres un bar pagas unos impuestos pero si comienzas a poner música los impuestos y las trabas son mucho mayores. Tendría que ser al revés: si pones música en directo que te rebajaran los impuestos y te dieran facilidades".

El saxofonista bilbaíno duda

bastante antes de contestar a si se puede vivir en España interpretando jazz o música creativa. "Yo soy muy afortunado porque me lo puedo montar, pero te pasas el día buscando trabajo y, para mínimamente sobrevivir, tienes que estar metido en muchos proyectos diferentes. Según como se mire eso es bueno porque de cada trabajo, si lo haces tuyo, puedes sacar cosas buenas".

Como la industria discográ

fica hispana se toma su tiempo, Bilbao no es el último proyecto personal de Benítez. "Antes de dedicarme al jazz, estaba inmerso en el pop. En Bilbao, cuando yo era joven, escuchar a Coltrane era muy difícil, casi heroico. Yo tenía un grupo en el que cantaba y tocaba la flauta. Guardo muy buenos recuerdos y ahora quiero recuperar aquellas canciones de aire pop pero interpretadas por músicos de jazz y con la ayuda de la cantante Carme Canela. Ya lo hemos grabado pero esperaremos a sacarlo. Sé que me van a clavar puñales por todas partes pero me da igual. Mi idea no es pasarme a un circuito más pop, pero si abrimos puertas bienvenidas sean que no está la cosa como para elegir".

El saxofonista Gorka Benítez.
El saxofonista Gorka Benítez.CARLES RIVA

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