El temor a una alta abstención marca el arranque de la campaña del referéndum

Convencer a los andaluces para que vayan a votar el próximo 18 de febrero el nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía es el objetivo confesable de las cuatro fuerzas con representación parlamentaria, pero ya los partidos de la oposición apuntan que si hay una baja participación el responsable será el principal promotor de la reforma: el PSOE y Manuel Chaves. Andalucía no es una de las comunidades más abstencionistas de España, pero los sociólogos advierten: "Para movilizar al electorado hay que convencerlo de que la participación tiene un alto valor simbólico".

En el imaginario colectivo figura el referéndum del 28 de febrero de 1980. En esa ocasión, el 64% del electorado fue a votar (el partido del gobierno, UCD, pedía la abstención) y de ellos el 87,5% lo hizo a favor del acceso de Andalucía a su autonomía por el artículo 151 de la Constitución, reservada para Cataluña, Galicia y País Vasco.

Un año más tarde los andaluces fueron de nuevo convocados a votar para ratificar su primer Estatuto y la participación bajó en casi 11 puntos. El sí cosechó el 90% de los votos.

La situación de ahora es muy distinta. No hay ningún enemigo exterior en contra de la autonomía, los dos grandes adversarios políticos (PSOE y PP) están de acuerdo y no existe incertidumbre, según las encuestas, sobre el triunfo del sí.

"Siempre hay una abstención técnica, del 10% al 20%; una abstención coyuntural (si llueve o hace buen tiempo); y una abstención cómoda que no tiene que ver con el voto a favor: mucha gente no se suma a la acción colectiva cuando está muy claro el resultado, porque considera que su voto no es imprescindible", explica el director del Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA), Manuel Pérez Yruela.

La encuesta del IESA realizada en el mes de noviembre, con 3.706 entrevistas, apuntaba que el 49% de los andaluces irá a votar el 18-F. También el sondeo revelaba que tan sólo un 47% sabía que ese día hay a un referéndum. Dos meses después, según los datos actualizados del mismo instituto, este porcentaje ha subido de manera muy significativa en unos 20 puntos, según Pérez Yruela. Pero eso no prejuzga un aumento de la participación. Su análisis es que la mitad de los electores con derecho al voto acudirá el 18-F a los colegios.

- ¿Es bueno el ruido? Los políticos del PSOE afirman por lo bajini que las polémicas sobre al Estatuto -la intervención de los obispos o la decisión de la Junta Electoral Central de tumbar el lema Muy nuestro de la campaña institucional- contribuye a la difusión de la consulta. Aunque este ruido puede no ser siempre bueno, como afirma Fernando Ocaña, presidente de la empresa publicitaria Tapsa: "La notoriedad de una campaña es importantísima porque los ciudadanos están sometidos a tres horas y media de campañas publicitarias. Se puede sobresalir de manera relevante, pero cuando se hace de manera no relevante no es adecuado para el producto. Y el producto en este caso es la credibilidad política y que las instituciones actúen correctamente".

- Responsabilidad civil. El sociólogo cordobés sostiene que para movilizar a los 6.185.664 personas del censo electoral, los partidos políticos deberían hacer una llamada a la "responsabilidad civil" de los ciudadanos y convencerlos del "alto valor simbólico" del referéndum.

Sin embargo, los partidos están pendientes de otros aspectos, cómo el de a quién culpar de una alta abstención. Son los casos del PP y del PA.

- PP, sí al Estatuto no a Chaves. Una de las cosas más chocantes de la campaña es escuchar, por ejemplo, al líder popular, Javier Arenas, recordándole a todo el mundo que su partido no defendió inicialmente la reforma porque la consideraba innecesaria y que se subió al carro "al final". Según su tesis, lo que hace falta no es un nuevo Estatuto sino un cambio de Gobierno. De hecho, en su propaganda aparece la imagen de Javier Arenas y pide el sí "para una Andalucía de primera", el mismo eslogan de su partido. En el primer minuto de la campaña, que se inició la medianoche de ayer, Arenas defendió el "sí para el Estatuto y el no para el Gobierno de Chaves".

El PP establece el listón de una buena participación en un porcentaje "superior" al de 1981.

- La culpa, del PSOE. El PA, el único partido que defiende el no, también cree que una alta abstención iría contra Manuel Chaves porque es el principal "promotor" de la reforma, asegura su portavoz, Pilar González. "Si no consigue interesar a una cifra importante de andaluces la responsabilidad será suya", afirma. La cifra importante para el PA, que inició su campaña en Málaga, es la que se registró el 28-F de 1980, cuando se votó el acceso al autogobierno.

En espera de un alto absentismo, la vicesecretaria del PA, Antonia Agudo, hizo ayer unas extrañas declaraciones sobre la movilización y dijo que no le "parece tan bien" que "toda la sociedad civil salga en defensa" del texto.

- Desgastar el Gobierno. En el arranque de la campaña en Sevilla, Manuel Chaves dejo atrás su promesa de que no atacaría a sus adversarios políticos y en un intento de buscar el cuerpo a cuerpo con el PP aseguró: "El PP no tiene interés en pedir el sí, intenta jugar políticamente con la abstención como excusa para desgastar al PSOE y al Gobierno". Respecto al PA aseguró: "Las posiciones del no son respetables, lo que no es razonable es que la campaña del no se convierta en una campaña del boicot". Chaves reconoció que el PSOE será el que deberá "tirar del carro" para movilizar.

Izquierda Unida, que abrió campaña en Córdoba, está haciendo un esfuerzo importante de movilización, pero sus efectivos son pocos. El mensaje que intenta trasladar su coordinador, Diego Valderas, es que si entran en el futuro Gobierno andaluz se aplicará antes el Estatuto.