"Muchos jugadores están perdidos"

Todas las buenas maneras que apuntaban los Grizzlies de Memphis se fueron al traste en Chicago. La revolución que llegó con Tony Barone, el técnico interino que reemplazó a Mike Fratello por los malos resultados -el cuadro de Tennessee es el peor de la NBA, con 9 triunfos y 29 derrotas- y su apego excesivo a las posesiones eternas y a un juego falto de glamour, cayó con estrépito (111-66) en el United Center, de Illinois.

"Para ser honrados, no somos conscientes del nivel de inconsistencia al que hemos llegado", declaró Gasol. "Muchos jugadores están perdidos", remachó. Después d...

Todas las buenas maneras que apuntaban los Grizzlies de Memphis se fueron al traste en Chicago. La revolución que llegó con Tony Barone, el técnico interino que reemplazó a Mike Fratello por los malos resultados -el cuadro de Tennessee es el peor de la NBA, con 9 triunfos y 29 derrotas- y su apego excesivo a las posesiones eternas y a un juego falto de glamour, cayó con estrépito (111-66) en el United Center, de Illinois.

"Para ser honrados, no somos conscientes del nivel de inconsistencia al que hemos llegado", declaró Gasol. "Muchos jugadores están perdidos", remachó. Después de tirarse en el banquillo el último cuarto del partido con Minnesota -Kevin Garnett alcanzó ayer la cifra de los 10.000 rebotes en el campeonato- como castigo por unas lagunas suyas en la defensa en zona, el ala-pívot español cuajó una actuación con dobles figuras: 16 puntos y 13 capturas. Eso sí, erró más de la cuenta, con cuatro canastas de campo de 14 intentos. La criba se repitió en la línea de libres, donde Gasol no anda fino (8 de 15), fallando sobre todo los primeros lanzamientos.

Por mucho que la franquicia de Mike Heisley cediese en el parqué del cuarto mejor equipo en su feudo (16-5), no hay excusa que valga. Los referentes de los Bulls fueron Gordon (24 puntos) y Hinrich (20). No estuvieron el Chapu Nocioni, con un partido de suspensión por golpear a Mikki Moore, pívot de los Nets, ni Ben Wallace, una sombra del bad boy de Detroit.

Por primera vez con Barone, gustoso de las posesiones cortas y de rotar el banquillo para hacer pandilla, el grupo de Gasol no sólo faltó a su costumbre de anotar tres dígitos, sino que se quedó lejísimos. Hasta el desastre de Illinois, los Grizzlies promediaban 115 puntos a favor, 20 más, en su nueva etapa. Igual que Phoenix, la sensación de la Liga. En 30 encuentros con Fratello, más partidario de una defensa férrea que de un ataque eléctrico, la escuadra sólo superó los 100 puntos en tres oportunidades.

En cambio, en el último periodo con Chicago sólo se encestaron nueve puntos. Los únicos que respaldaron a Gasol fueron Atkins (14) y Miller (13), que alterna los partidos de rechupete con otros para el destierro.

El principal reto al que se expone Barone es establecer un mínimo de regularidad. Por alguna razón, los Grizzlies no han encauzado dos victorias seguidas en lo que va de torneo. "Sentir que no hay un espíritu de lucha, de competir por ganar, es muy difícil de asimilar". Palabra de Gasol.