Clubes de 'swingers'

Muchos de los usuarios de estas webs se definen como "liberales" o "swingers". Éste termino es la palabra inglesa con la que se conoce a la gente que tradicionalmente ha realizado intercambios de pareja en clubes o fiestas privadas. Aunque la práctica no es nueva, en España prolifera este tipo de lugares. En Madrid ya hay más de 20, pero ciudades más pequeñas como Alicante o Vigo también tienen los suyos.

Encuentros es uno de los más antiguos de Madrid. Es un local de unos 250 metros pensado para parejas, aunque los hombres, con restricciones, también pueden ir solos. Un m...

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Muchos de los usuarios de estas webs se definen como "liberales" o "swingers". Éste termino es la palabra inglesa con la que se conoce a la gente que tradicionalmente ha realizado intercambios de pareja en clubes o fiestas privadas. Aunque la práctica no es nueva, en España prolifera este tipo de lugares. En Madrid ya hay más de 20, pero ciudades más pequeñas como Alicante o Vigo también tienen los suyos.

Encuentros es uno de los más antiguos de Madrid. Es un local de unos 250 metros pensado para parejas, aunque los hombres, con restricciones, también pueden ir solos. Un miércoles de finales de agosto está bastante concurrido. Hay unas veinte parejas. Una relaciones públicas recibe a los visitantes y enseña el local a los no iniciados mientras explica las normas. "Lo principal es el respeto. No significa no. Si queréis relacionaros con otra pareja o grupo, podéis hacerlo hablando o con una leve caricia en el brazo. Si la persona te aparta la mano, significa que no quiere nada", dice con un tono didáctico.

Dentro, uno puede desnudarse y ponerse un albornoz, o pasear vestido y desprenderse de la ropa en el momento oportuno. En la sala principal varias parejas mantienen un extenso catálogo de relaciones sexuales. Una pareja acaba de entrar. Van completamente vestidos. Son jóvenes y bastante atractivos. Enseguida se acercan otros swingers a hablar con ellos. Tras una breve conversación, se dirigen a una de las zonas de la sala -un cubículo acristalado y con ojos de buey para contemplar lo que sucede dentro- y se ponen manos a la obra. Primero, en un intercambio de parejas; luego en una pequeña orgía a la que no tarda en unirse otra pareja.

"Hemos venido otras veces. Llevamos saliendo tres años y esto es un divertimiento más en la relación", explican Juan y Eva. "Hemos conocido a mucha gente. La finalidad es ampliar las redes sociales haciendo algo que nos encanta", dicen.